Un tribunal de la ciudad de Lanzhou, en el norte de China, impuso restricciones a los gastos personales de Wang Jianlin, fundador del conglomerado Dalian Wanda y otrora el hombre más rico del país, tras el impago de obligaciones por unos 26 millones de dólares. La medida prohíbe al empresario utilizar servicios de lujo como vuelos en primera clase, hoteles exclusivos o la adquisición de nuevas propiedades.
Según informó la agencia EFE citando al portal económico Yicai, la sanción está vinculada a una disputa financiera en la que Wanda y varias de sus filiales no lograron cumplir con compromisos de deuda. Aunque se negocia una solución, fuentes cercanas al caso aseguran que la decisión del tribunal podría estar relacionada con presuntas deficiencias de información durante el proceso judicial.
El contraste entre el presente y el pasado de Wang es notorio. Entre 2013 y 2016, la revista Forbes lo catalogó como el hombre más rico de China, con una fortuna que alcanzó los 33.000 millones de dólares. Hoy, su patrimonio se ha reducido a unos 4.200 millones, golpeado por la crisis inmobiliaria que afecta a todo el sector en el gigante asiático.
El magnate también dejó huella en España, donde en 2015 adquirió el 20 % del Atlético de Madrid y el histórico Edificio España en el centro de Madrid. Otros proyectos, como la compra del complejo turístico Marina d’Or o su intención de invertir 3.000 millones de euros en la “operación Campamento”, nunca se concretaron.
Los problemas de Wanda se han intensificado desde inicios de 2024. Solo este año, el conglomerado ha enfrentado más de diez demandas por un total de 744 millones de dólares, además de 38 procesos en los que tribunales locales ordenaron la congelación de activos. Su filial hotelera, Wanda Real Estate, acumula más de 400 casos vinculados a pasivos que superan los 250 millones de dólares.
Analistas consultados por Yicai explican que la mayoría de las acciones judiciales derivan de deudas vencidas, que incluyen préstamos bancarios y productos de inversión fiduciaria. En diciembre de 2023, Wanda ya estuvo al borde de una crisis de liquidez, cuando logró evitar a última hora la devolución inmediata de 4.214 millones de dólares a inversores de su filial Zhuhai Wanda, que había fracasado en su intento de salir a bolsa.
La situación refleja una tendencia más amplia: las grandes promotoras inmobiliarias chinas, entre ellas Evergrande y Country Garden, arrastran serios problemas para cumplir con sus pasivos, lo que ha puesto en entredicho la sostenibilidad del modelo de crecimiento basado en el crédito fácil y la construcción masiva. En ese contexto, las dificultades de Wang Jianlin se convierten en un nuevo ejemplo del ocaso de los magnates que dominaron la economía china durante la última década.








