El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, volvió a reclamar reconocimiento internacional al asegurar que merece el Premio Nobel de la Paz por haber puesto fin, según él, a siete conflictos armados. Durante una rueda de prensa ofrecida el miércoles en Washington, el mandatario afirmó que su administración ha logrado “lo que nadie en la historia” y sugirió que el comité del Nobel podría buscar una excusa para no concedérselo.
Según informó la agencia EFE, Trump explicó que en los meses transcurridos de su segundo mandato su gobierno ha resuelto siete guerras y que el conflicto en Gaza podría convertirse en la octava si prospera su plan de paz. También se mostró confiado en poder alcanzar una solución para la guerra entre Rusia y Ucrania, uno de los temas más delicados de la agenda internacional.
El mandatario estadounidense enumeró los casos en los que, según su criterio, su gestión logró avances o treguas: Camboya-Tailandia, Kosovo-Serbia, República Democrática del Congo-Ruanda, Pakistán-India, Israel-Irán, Egipto-Etiopía y Armenia-Azerbaiyán. En todos estos escenarios, Trump asegura haber contribuido a la estabilidad regional a través de mediaciones diplomáticas o acuerdos indirectos.
Sin embargo, analistas internacionales han señalado que ninguno de esos procesos derivó en tratados formales de paz y que, en la mayoría de los casos, se trató de pausas temporales o contactos diplomáticos sin efectos duraderos. Aun así, varios gobiernos entre ellos los de Israel, Pakistán, Camboya, Armenia y Azerbaiyán han expresado públicamente su respaldo a que Trump sea nominado al Nobel.
La aspiración del presidente no es nueva. Desde 2018, Trump ha manifestado en múltiples ocasiones su deseo de recibir el prestigioso galardón, sobre todo tras recordar que Barack Obama lo obtuvo en 2009, un hecho que considera injusto y que ha usado para reforzar su discurso político.
Mientras el comité noruego se prepara para anunciar el nuevo ganador del Nobel de la Paz este viernes, Trump mantiene su narrativa de líder conciliador. Pero los expertos insisten: aunque el exmandatario busca proyectar una imagen de mediador global, no existen registros oficiales de que haya impulsado acuerdos de paz firmados durante sus mandatos.
