Desde Helsinki se alzó una voz sin rodeos la canciller finlandesa Elina Valtonen declaró que Ucrania requiere respaldo, no rendición, y que la puerta a la OTAN debe seguir abierta para Kyiv.
Según reportó la agencia EFE, la jefa de la diplomacia nórdica recalcó que ninguna capitulación favorecería la estabilidad europea y que la decisión sobre territorio y garantías de seguridad corresponde exclusivamente a los ucranianos.
“Ucrania no necesita la ayuda de Occidente para rendirse”, insistió Valtonen, subrayando el valor estratégico de un ejército que en su criterio ya figura entre los más potentes del mundo. En entrevista posterior con la radiotelevisión Yle, la ministra insistió en que Kiev “algún día” sumaría músculo a la Alianza Atlántica y que cualquier alto el fuego debe nacer del respeto a la soberanía ucraniana.
El mensaje llega en plena turbulencia diplomática. El presidente estadounidense Donald Trump deslizó la idea de que Ucrania renuncie a sus aspiraciones de ingreso en la OTAN y a la recuperación de Crimea como moneda de paz antes de recibir al mandatario Volodímir Zelenski en Washington. Valtonen junto a varios líderes europeos ve ese planteamiento con recelo: sostiene que premiar la agresión rusa enviaría una señal peligrosa a todo el continente.
La cautela finlandesa no es casual. El país, que sufrió la Guerra de Invierno a manos soviéticas, ingresó en la OTAN el 4 de abril de 2023 para blindar su frontera oriental, experiencia que hoy esgrimió Valtonen como advertencia: “no siempre se puede confiar plenamente en la palabra de Rusia”.
En Bruselas, la lectura es parecida. “No basta con cualquier paz”, declaró la ministra a la prensa europea días atrás, recalcando que una tregua sin garantías sólidas sería papel mojado. Analistas del Atlantic Council ven el estancamiento de la cumbre Trump-Putin en Alaska como prueba de que Moscú busca tiempo, no soluciones.
Con el eco de esas advertencias, Valtonen pidió reforzar sanciones y acelerar entregas de defensa a Kyiv, convencida de que la presión unida de la UE y Norteamérica es la única vía para llevar a Putin a una mesa creíble. Mientras Zelenski negocia en Washington, Helsinki recuerda que la seguridad de Europa se escribe hoy en el Donbás tanto como en las capitales occidentales.
Para la región caribeña que ha manifestado respaldo a la integridad territorial ucraniana en foros multilaterales la lección finlandesa resulta clara el respeto al derecho internacional no admite atajos ni acuerdos dictados bajo cañones. La cuestión ya no es si Ucrania resistirá, sino si Occidente está dispuesto a sostener sus propios principios hasta el final.