Ocho años después de su retirada, Usain Bolt continúa siendo un ícono del atletismo mundial. En Tokio, el jamaicano volvió a recibir el cariño de los aficionados, quienes lo consideran “una leyenda”, reconocimiento que, según él, refleja años de trabajo y dedicación desde sus días como atleta profesional.
Tal como informa EFE, Bolt mantiene su estatus como el hombre más rápido de la historia, con récords de 100 metros en 9,58 segundos y 200 metros en 19,19, logrados en los Mundiales de Berlín 2009. A pesar de los intentos de atletas como el estadounidense Noah Lyles, nadie ha logrado superar esas marcas. El plusmarquista destaca que, aunque la tecnología y las zapatillas evolucionen, el talento sigue siendo el factor decisivo en el rendimiento.
En su tiempo libre, Bolt sigue de cerca los entrenamientos de los jóvenes jamaicanos, respetando siempre la labor de sus entrenadores. “Trato de no imponerme a los deportistas. Observo y doy consejos solo si me lo piden”, asegura, subrayando que la ejecución y la preparación mental son claves para enfrentar la presión de las competencias.
Sobre las nuevas generaciones, Bolt reconoce el talento emergente, como el joven australiano Gout Gout, pero enfatiza que la transición al nivel profesional es un reto que requiere un buen equipo y guía adecuada. Además, recuerda con nostalgia sus logros en los Juegos Olímpicos de Pekín 2008, un momento que considera transformador en su carrera y que compartirá con sus hijos para transmitirles su legado.
Fuera de las pistas, la vida del jamaicano es más tranquila: disfruta tiempo con su familia, ve series, construye Legos y se mantiene activo en el gimnasio. Aunque admite que necesita retomar algo de running para recuperar su resistencia, confiesa con humor que la vida post-atletismo le permite disfrutar de pequeños placeres cotidianos sin presión.
Usain Bolt sigue demostrando que la grandeza no solo se mide en récords, sino también en el legado que deja en el deporte y en la inspiración que ofrece a nuevas generaciones, consolidando su nombre como referente inquebrantable del atletismo mundial.
