Veda de mosca blanca Agricultura prohíbe cultivos en Azua

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La tranquilidad de los sembradíos del Valle de Azua volvió a ser interrumpida desde el 1 de julio y hasta el 30 de septiembre ningún productor podrá sembrar berenjena, melón, sandía, pepino, ajíes ni otros cultivos que sirven de “hotel cinco estrellas” a la mosca blanca y a los trips. La medida, que cubre comunidades como Sábana Yegua, Estebanía y Tábara Arriba, busca frenar a tiempo una plaga capaz de convertir en polvo millones de pesos en cosechas.

Según una nota oficial del Ministerio de Agricultura, la veda se ampara en la resolución RES-MARD-2024-9 y forma parte del programa de Manejo Integrado de Plagas (MIP) que coordina el Departamento de Sanidad Vegetal. La idea es cortar de cuajo el ciclo biológico de los insectos y, de paso, darle un respiro a cultivos sensibles como el tomate industrial, la cebolla y las habichuelas.

La mosca blanca (Bemisia tabaci) no sólo chupa savia inocula virus y debilita la planta hasta dejarla improductiva. Con una sola hembra capaz de poner más de cien huevos, un invernadero puede pasar de verde a gris en semanas. Ya en 2024 San Juan y el Noroeste vivieron restricciones similares, con resultados positivos que alentaron la expansión del calendario de vedas.

No está en juego poca cosa. Azua es el motor del tomate industrial dominicano y, sólo en 2023, el país exportó US$24,9 millones en tomate fresco, ubicándose en el puesto 29 del mercado mundial. A nivel interno, la cadena genera más de RD$800 millones anuales entre empleos directos, transporte y procesamiento, según cifras de la Presidencia.

El viceministro Eulalio Ramírez asegura que las vedas, combinadas con capacitaciones y mejor vigilancia fitosanitaria, han evitado pérdidas millonarias. No es retórica: un estudio de Acento cifró en RD$17,6 millones los estragos de plagas invasoras en la zona sur cuando no se aplican controles en tiempo.

Para los productores, la otra cara de la moneda es la rentabilidad. El Gobierno acordó pagar RD$25 adicionales por quintal de tomate en la zafra 2024-2025, un incentivo que busca mantener a flote a los pequeños agricultores mientras la veda limita sus opciones. Aun así, muchos reclaman apoyo técnico continuo: trampas cromáticas, control biológico y mayor acceso a insecticidas de bajo impacto.

La experiencia internacional respalda ese enfoque. Las guías de Gestión Integrada de Plagas del Ministerio español de Agricultura subrayan que la prevención rotación de cultivos, control biológico y eliminación de residuos contaminados resulta más barata y sostenible que la fumigación masiva después del brote.

En la práctica, la efectividad de la veda dependerá de la disciplina del propio sector. Si un solo productor siembra a destiempo, la mosca encuentra refugio y el esfuerzo colectivo se diluye. El reto, entonces, es de corresponsabilidad Agricultura vigila, pero la comunidad agrícola debe acatar; de lo contrario, la factura la pagarán los bolsillos y los platos de los dominicanos cuando la oferta de vegetales escasee y los precios se disparen.

Mientras tanto, la resolución RES-MARD-2024-9 marca el compás. Tres meses para romper el ciclo de una plaga escurridiza; tres meses para que el tomate de Azua vuelva a madurar sin el acecho de un insecto diminuto que ya ha demostrado cuán caro puede salir el descuido.

Penelope Herrera
Penelope Herrera
Periodista digital con más de 4 años de experiencia en medios de comunicación. Secretaria Ejecutiva en empresa de desarrollo web y publicidad digital.

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