Kiev. El Servicio de Seguridad de Ucrania (SBU) anunció este domingo que dio de baja a los dos operativos del Servicio Federal de Seguridad ruso (FSB) implicados en el asesinato del coronel Ivan Voronych, ultimado el jueves pasado frente a su vivienda en el distrito Holosiivskyi. La célula, compuesta por un hombre y una mujer, fue localizada tras un rastreo de video y huellas digitales; al verse acorralada, abrió fuego y terminó abatida, confirmó el propio SBU.
Según la BBC, los agresores habían ingresado a Ucrania con la misión específica de eliminar a Voronych, figura clave de la inteligencia ucraniana desde 2014. La cadena subrayó que la orden vino directamente de la cúpula del FSB, lo que revela la creciente guerra encubierta que Moscú libra dentro del territorio ucraniano.
Un golpe quirúrgico con mensaje político
Fuentes internas describen la operación de represalia como un “trabajo limpio”, dirigido personalmente por el jefe del SBU, teniente general Vasyl Maliuk. Al no registrarse bajas entre los comandos ucranianos, el mensaje es doble: disuadir nuevos intentos de sabotaje y reforzar la moral interna tras la pérdida de un oficial de alto perfil. Reuters destaca que el SBU buscaba capturar con vida a los atacantes, pero el fuego cruzado lo hizo imposible.
Para Kiev, la muerte de Voronych representa más que un golpe simbólico. El coronel coordinaba operaciones sensibles contra infraestructura rusa incluidos ataques con drones a depósitos de combustible y la planificación de golpes quirúrgicos en Crimea, lo que lo convertía en blanco prioritario para Moscú. Newsweek subraya que su rol en la llamada “Operación Spiderweb” (junio pasado), que dañó varias aeronaves estratégicas rusas, incrementó la presión del Kremlin para neutralizarlo.
¿Qué cambia a partir de ahora?
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Inteligencia reforzada. El SBU ya movilizó equipos adicionales de contrainteligencia en la región de Kiev y otras ciudades críticas. En palabras de un portavoz, “cada intento ruso tendrá un costo inmediato y elevado”.
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Alerta sobre redes locales. La posibilidad de cómplices ucranianos es la línea de investigación principal. Analistas consultados apuntan a que, sin apoyo logístico interno, la pareja agresora difícilmente habría mantenido un perfil bajo tantos días.
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Efecto dominó en la moral. Expertos en seguridad regional señalan que la rápida neutralización mitiga el golpe psicológico que buscaba Rusia: mostrar vulnerabilidad en la capital.
Escalada encubierta precedente y tendencia
El asesinato filmado de Voronych no es un caso aislado. En abril, un exoficial de la Dirección Principal de Inteligencia (GUR) fue herido en Dnipró bajo un patrón similar. Desde la invasión a gran escala en 2022, Kiev ha denunciado al menos una docena de planes de asesinato contra mandos militares y civiles. El Washington Post resalta que solo en la última semana Rusia lanzó más de 1,800 drones y 83 misiles, un contexto que facilita el encubrimiento de estas células.
Lo que viene
El funeral con honores de Voronych está previsto para este lunes. Mientras tanto, el SBU revisa sus protocolos de protección para oficiales de rango medio y alto. Voceros oficiales insisten en que “ningún intento de desestabilización quedará impune”, frase que, leída entre líneas, sugiere futuras operaciones preventivas más allá de las fronteras ucranianas.
Para el Kremlin, la eliminación de su célula infiltra el riesgo de retaliaciones que reaviven la pugna de inteligencia en terceros países. Y para Occidente, el episodio refuerza la percepción de que la guerra ya trasciende el frente convencional y se libra también en las sombras de la inteligencia.
Con este operativo, Ucrania busca demostrar que, aun bajo constante presión militar, su aparato de contrainteligencia mantiene la capacidad de detectar, cazar y neutralizar amenazas internas antes de que castiguen otra vez el corazón de la capital.








