El secretario de Defensa de Estados Unidos, Pete Hegseth, puso la conversación en el filo este sábado al proclamar en Singapur que Pekín podría lanzarse “de forma inminente” sobre Taiwán y que Washington, junto a sus socios del Indopacífico, no piensa echarse a un lado.
Según la agencia EFE, el ex presentador de Fox News espetó ante delegaciones de decenas de países en el Diálogo Shangri-La que “América primero no significa América sola”, arengando a Filipinas, Japón, Corea del Sur y Australia a meter más chelito en defensa para mantener a raya al gigante asiático.
La ausencia del ministro de Defensa chino, Dong Jun, Pekín envió en su lugar a una delegación universitaria reforzó la sensación de un foro cojo. Sin ese cara a cara habitual de domingo entre las dos superpotencias, la balanza de la cita quedó inclinada hacia EE.UU. y sus aliados europeos, representados por la jefa de la diplomacia comunitaria, Kaja Kallas.
Hegseth desempolvó la fecha de 2027 la misma que altos mandos del Indo-Pacífico vienen barajando desde 2022 como posible ventana para un desembarco chino en la isla donde se fabrica más del 60 % de los chips avanzados del planeta, de acuerdo con la firma taiwanesa TrendForce. «Si el Partido Comunista decide cruzar el Estrecho, el costo será devastador», advirtió, recordando que el Mar de China Meridional ya es un hervidero de incidentes entre barcos chinos y patrullas filipinas.
Del otro lado del Pacífico, Kallas alertó sobre la “peligrosa sinergia” entre Beijing y Moscú, citando envíos de tecnología dual china y proyectiles norcoreanos que terminan en Ucrania. “La seguridad europea y la del Indo-Pacífico están amarradas con la misma soga”, zanjó la estonia, quien también pidió a la OTAN tomar nota de la escalada asiática.
No todos compran la medicina de más gasto militar. El primer ministro malasio, Anwar Ibrahim, hablando con el sombrero de la ASEAN, recordó que la región prefiere “comerciar antes que arancelar” y que un Indo-Pacífico pacífico se construye hablando, no contando portaaviones.
Aun así, la realidad apunta a un rearme silencioso Japón ya rompió su tope histórico del 1 % del PIB para defensa, Australia invierte en submarinos AUKUS, y Filipinas reabre bases a tropas estadounidenses por primera vez desde los 90. Todo mientras Taiwán prueba misiles antibuque Hsiung Feng III y endurece el servicio militar obligatorio a un año.
Los analistas del Lowy Institute advierten que la disuasión es tan cara como necesaria sin líneas rojas claras, una chispa en las islas Pratas o en el estrecho de Luzón bastaría para encender la pradera. De momento, la Casa Blanca juega a la ambivalencia estratégica, enviando armas a Taipéi sin prometer explícitamente que peleará por la isla.
En el Shangri-La de 2025, la conclusión quedó flotando en el salón si China mueve ficha antes de que la región refuerce su escudo, nadie saldrá ileso. Como quien dice, la pelota está en la cancha de Pekín, pero todos los demás tendrán que subir la defensa y el presupuesto si quieren que el juego siga sin trompones.