AirCar el carro volador de Klein Vision saldrá al mercado en 2026

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El sueño de montarse en un carro, pisar el acelerador y, en cuestión de segundos, despegar rumbo al cielo está a dos años de convertirse en rutinaal menos para quienes puedan pagarlo.

Según la agencia EFE, la eslovaca Klein Vision pretende arrancar en el primer trimestre de 2026 la producción de su Aircar, limitándose a cuatro unidades mensuales y con un tope anual de cien ejemplares orientados al mercado de lujo y a futuros servicios de taxi aéreo.

El plan es ambicioso: cada híbrido coche-avión costará unos 900 000 € y ofrecerá 250 km/h en el aire tras un carreraje de apenas 300 m. La firma ya sumó más de 170 horas de vuelo y 500 ciclos de despegue-aterrizaje, y en septiembre levantará el vuelo el prototipo Aircar 2, paso previo para la certificación en categoría experimental y la fabricación en serie.

Aun así, Stefan Klein no juega solo. El holandés PAL-V Liberty, por ejemplo, ya exhibe precios desde 299 000 € (versión Sport) y apunta a clientes europeos y norteamericanos que buscan un vehículo gyroplane biplaza legal tanto en carretera como en aeródromos. Esa competencia obliga a Klein Vision a diferenciarse en prestaciones mayor velocidad de crucero y techo de servicio y en la experiencia de transición “tierra-aire”, que completa en poco más de dos minutos.

Más allá de la batalla de precios, el negocio de la movilidad aérea urbana está tomando alas el mercado eVTOL crecerá de 4 200 M US$ este año a 87 600 M US$ en 2026, mientras consultoras como Morgan Stanley proyectan un pastel global de 1,5 billones US$ para 2040. Esta expectativa explica la lluvia de capital sobre startups como Joby o Archer, ambas en la recta final de certificación FAA para 2026.

El reto, sin embargo, no es solo técnico. La EASA calcula que la movilidad aérea urbana podría ser realidad cotidiana en Europa “en tres a cinco años”, pero subraya que la aceptación social y la armonización normativa (vertipuertos, licencias, ruido) son tan decisivas como los kilovatios de las baterías. Estados Unidos y China avanzan en paralelo; los chinos incluso fabricarán el Aircar bajo licencia, aunque sin permiso de exportación.

En este panorama, Klein Vision juega la carta de la exclusividad una producción artesanal, motores de 280 a 340 CV y el atractivo de “llegar al resort sin pasar por el peaje”. Si convence a los reguladores y mantiene el ritmo de innovación, la compañía podría consolidar un nicho premium antes de que los eVTOL eléctricos, más silenciosos y con despegue vertical, democratizen el cielo de las ciudades. Por ahora, el Aircar promete ser la primera llave que combina carretera y pista en un solo giro de contacto.

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