Roma. La abogada canónica y ex superiora general de las Hermanas Franciscanas de los Pobres, Sor Tiziana Merletti, fue designada secretaria del Dicasterio para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica, el “ministerio” que vela por las órdenes y congregaciones religiosas en todo el mundo. Con 66 años, la religiosa de Pineto se convierte en la número dos de un despacho que hoy preside la también italiana Simona Brambilla, primera mujer en la historia en ocupar la prefectura de un organismo vaticano.
Según la agencia EFE, el decreto fue firmado este jueves por el papa León XIV, quien revalidó a los actuales responsables de la Curia mientras culmina su propia reforma y, de paso, mantiene la huella de Francisco al seguir colocando mujeres en puestos de alto rango.
La movida no es aislada. Cuando Francisco puso a Brambilla al frente del dicasterio enero de 2025 rompió un techo de cristal que parecía inamovible. Unos meses antes, la economista salesiana Alessandra Smerilli había estrenado la figura de secretaria en el Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral. Y, en marzo, la franciscana Raffaella Petrini trepó a la silla de “gobernadora” del Estado vaticano, otro primerísimo para las mujeres.
Detrás de estos nombres hay un cambio de tendencia medible la proporción de empleadas en la Curia saltó de 19,3 % en 2013 a 26 % en 2023, es decir, hoy una de cada cuatro personas que trabajan en los despachos pontificios es mujer. El salto numérico vino acompañado de mayor visibilidad de tres a ocho subsecretarías femeninas en la década previa, de acuerdo con balances internos divulgados en marzo pasado.
Un perfil preparado para el reto
Merletti no llega en paracaídas. Se licenció en Derecho en la Universidad de Teramo y se doctoró en Derecho Canónico en la Lateranense de Roma. Entre 2004 y 2013 condujo a su congregación por un proceso de reestructuración que incluyó la apertura de misiones en Kenia y Vietnam, y desde 2014 enseña legislación eclesiástica en la Universidad Antonianum. Su impronta cuentan en su entorno es la de una gestora rigurosa, amante de las planificaciones estratégicas y de las auditorías de transparencia, un know-how que la Curia todavía está aprendiendo a valorar.
¿Por qué importa este nombramiento?
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Continuidad política. León XIV refrenda la línea inclusiva de Francisco en materia de liderazgo femenino, un guiño a la presión latina y africana dentro del último cónclave.
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Autoridad jurídica. El dicasterio que ahora administrará Merletti controla la vida interna y los bienes de unas 650 000 religiosas y religiosos; cualquier reforma canónica sobre pobreza, votos o administración pasa por su firma.
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Señal hacia afuera. En medio de debates sobre ordenación femenina o diaconado de mujeres, Roma exhibe un avance concreto más puestos de poder real para ellas, aunque la cuestión sacramental siga estancada.
Próximos desafíos
Merletti tendrá que lidiar con el envejecimiento de muchas congregaciones europeas, la crisis de vocaciones en Occidente y el explosivo crecimiento de institutos informales en Asia y África. En la hoja de ruta inmediata figura la actualización del texto “Mutuae Relationes”, la norma que regula la relación entre obispos y religiosos, y la elaboración de protocolos financieros que impidan quiebras como la vivida por las Hermanitas de los Pobres de Inglaterra en 2021.
Como apunta Vatican News, la ola de nombramientos femeninos aún enfrenta resistencias internas “Los pasillos siguen siendo de sotana”, ironizaba un funcionario anónimo tras la llegada de Brambilla. Con la experiencia académica y ejecutiva de Merletti, León XIV apuesta a que esa corriente siga creciendo y, de paso, que la Curia deje de ser un club solo de varones.