La creadora australiana de contenido para OnlyFans, Annie Knight, volvió a la conversación mundial tras protagonizar un maratón sexual con 583 hombres en apenas seis horas, un reto que la dejó ingresada en observación médica el 20 de mayo. La modelo de 28 años ya había sorprendido antes con 24 parejas en un día, pero esta vez la escalada le pasó factura.
Según la agencia EFE, Knight publicó una foto en bata hospitalaria bromeando con la hazaña “Supongo que estar con 583 chicos en un día no es tan bueno para tu cuerpo” y admitió que su organismo “se apagó” por el estrés y los sangrados irregulares provocados por su endometriosis.
Aunque el número impresiona, la marca queda lejos del récord de la actriz estadounidense Lisa Sparks, quien en 2004 mantuvo sexo con 919 hombres durante el llamado World Gangbang Championship en Varsovia. En aquel entonces Sparks reconoció, años después, que el episodio fue “un completo desastre” y advirtió sobre sus secuelas físicas y mentales.
Knight explica que el reto coincidió con el cierre de la compra de su casa, una carga de estrés que, sumada al desgaste físico extremo, disparó su cortisol. Los especialistas recuerdan que niveles altos de esta hormona agravan los síntomas de la endometriosis, un trastorno que afecta al 10 % de las mujeres en edad reproductiva, causando dolor pélvico, sangrado abundante y fatiga.
El incentivo económico
Los maratones sexuales no ocurren en el vacío: OnlyFans ingresó 1.300 millones USD en 2024 y sus fans gastaron 6.630 millones, cifras que empujan a los creadores a sobresalir en un ecosistema donde el 10 % de perfiles absorbe la mayor parte de las ganancias. Mientras la plataforma presume rentabilidad, su dueño Leonid Radvinsky busca comprador, frenado por el estigma que aún pesa sobre la industria para adultos.
Ese modelo económico premia las “hazañas virales”, pero a la vez aumenta la presión por contenidos cada vez más extremos. La ginecóloga dominicana Paola Mota advierte que “el cuerpo femenino no está diseñado para una actividad coital sostenida de seis horas con cientos de penetraciones consecutivas; las microlesiones y las infecciones son casi inevitables, sin contar el trauma psicológico”.(Declaraciones ofrecidas a este medio).
Consentimiento y debate ético
Knight subraya que todos los participantes firmaron consentimiento y, de hecho, algunos viajaron seis horas en coche o volaron desde otros estados. Aun así, la repercusión mediática reaviva la discusión sobre la frontera entre la autonomía sexual y la explotación del propio cuerpo como espectáculo lucrativo. Organizaciones de salud reproducen la misma inquietud: el placer personal y la libertad de contenido chocan con riesgos sanitarios que pueden convertirse en costos para los sistemas de salud pública.
¿Morbo o lección?
Mientras Knight descansa una semana “a base de sol y calma”, su caso se convierte en un espejo de tensiones mayores: la economía de la atención que domina redes, la precariedad de la autoexplotación digital y el olvido frecuente de los límites biológicos. En la práctica, cada clic genera dinero, pero también adrenalina y expectativas poco realistas para quienes buscan replicar la fama inmediata.
Como advierte Sparks, “nadie te cuenta cuánto tarda tu cuerpo en recuperarse ni el precio emocional”. Knight promete volver renovada; el debate sobre cuánto vale arriesgar la salud por views, sin embargo, apenas comienza.
