El Gobierno de la República Dominicana dispuso un incremento salarial de gran magnitud para las trabajadoras domésticas, lo cual representa un paso significativo en la lucha por el reconocimiento formal de este sector. La noticia ha generado grandes expectativas, puesto que estos oficios sostienen el bienestar diario de miles de familias en todo el país.
Tal como informa CDN, la decisión oficial plantea un aumento del 30% en el salario mensual de quienes desempeñan labores en el hogar, pasando de 10,000 a 13,000 pesos. Dicha resolución surge de encuentros entre el Ministerio de Trabajo y el Comité Nacional de Salarios, con la asistencia de agrupaciones sindicales que respaldan la reivindicación de estas mujeres.
Autoridades nacionales han resaltado la importancia de incorporar a este grupo en el Instituto Dominicano de Prevención y Protección de Riesgos Laborales (IDOPPRIL). Según la Organización Internacional del Trabajo (OIT), las trabajadoras domésticas en América Latina enfrentan un índice de informalidad cercano al 70%, lo que limita su acceso a beneficios de salud y seguridad social. En otras naciones de la región, como Chile o Uruguay, existen leyes específicas que han mejorado las condiciones de empleo para quienes laboran en labores del hogar, fomentando la formalización y la cobertura de seguros.
Las representantes sindicales Eulogia Familia y Victoria García han elogiado la adopción del término “trabajadoras del hogar” en la legislación, argumentando que el reconocimiento lingüístico abona en la valoración y dignificación de la función femenina en esta esfera. Esa postura, apoyada por diversos colectivos de amas de casa, alimenta la esperanza de que la nueva medida no solo incremente el salario, sino que también refuerce la protección social de un sector con frecuencia desatendido.
La inclusión de las trabajadoras domésticas en el sistema de riesgos laborales y de salud, como SISALRIL, es una meta pendiente en el debate nacional. Voces como la de Ruth Díaz, quien representa a las trabajadoras del hogar en el ámbito internacional, insisten en que se requieren mayores esfuerzos para cubrir los riesgos cotidianos que afronta este grupo. El llamado es claro: mantener el empuje para seguir elevando el nivel de protección y los derechos que corresponden a quienes cuidan el hogar de la nación.