Cobros inesperados sacuden la confianza de turistas en Monserrate

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Un par de visitantes se topó con una sorpresa amarga al subir al famoso cerro de Monserrate en Bogotá. Una de ellas, activa en TikTok, compartió cómo un simple antojo de dos almojábanas y dos porciones de queso se convirtió en una cuenta abultada que les dejó con la sensación de haber sido estafadas. La historia corrió como pólvora en redes sociales y despertó reacciones de todo tipo, desde quienes las apoyaron hasta quienes criticaron la falta de precaución al no consultar precios con anticipación.

Tal como divulgó El Espectador, la grabación superó las 31 mil reproducciones en poco tiempo y puso de relieve un problema frecuente en varios destinos turísticos. Según datos del Instituto Distrital de Turismo (IDT), Monserrate recibe a miles de personas a diario, muchas de ellas en busca de platillos típicos como la famosa aguapanelita o las clásicas frituras, costumbres muy bogotanas que a veces se convierten en blanco de sobrecostos. En el material que circula por redes, se escucha el reclamo de las jóvenes calificando la experiencia como un “golpe al bolsillo” y advirtiendo a otras personas para que no pasen por lo mismo.

Este fenómeno no es único de la capital colombiana. En distintas ciudades del mundo —desde los alrededores de la Torre Eiffel hasta puntos emblemáticos en República Dominicana— el turismo enfrenta cobros exagerados. Especialistas en economía de la informalidad señalan que los visitantes suelen ser presa fácil cuando no están familiarizados con los rangos de precios, sobre todo en lugares que ostentan un alto flujo de viajeros. De todas maneras, entidades oficiales recomiendan solicitar la lista de costos antes de consumir y reportar cualquier irregularidad a los entes de control.

El relato de estas jóvenes también saca a relucir la brecha informativa que existe en algunos sitios turísticos. Aunque Monserrate cuenta con una oferta gastronómica variada y puestos muy reconocidos por su calidad, hay quienes se aprovechan de la fama del lugar para disparar los costos y salirse con la suya. Voces ciudadanas, captadas en redes y hasta en foros de la Alcaldía de Bogotá, piden a la administración local reforzar la vigilancia y promover una cultura de transparencia en la venta de productos.

Los sucesos revelados por este video abren la puerta a un debate acerca de la responsabilidad que tienen comerciantes y autoridades para proteger la experiencia de los visitantes. Mantener prácticas justas impulsa la reputación de cada destino y fomenta un turismo sostenible. Quienes viajan, por su parte, pueden informarse mejor y preguntar todo lo que sea necesario antes de abrir la cartera. Al final, no se trata de perderse las delicias de un lugar icónico, sino de disfrutar con la tranquilidad de saber que los gastos se ajustan a la realidad.

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