El Dodger Stadium retumbó con la bulla de quienes presenciaron una noche para la historia. Un batazo final de Shohei Ohtani, que llegó como un trueno en la novena entrada, selló el triunfo 6-5 sobre los Bravos de Atlanta. La afición angelina, que había hecho fila desde temprano para conseguir la figura conmemorativa del sensacional jugador, salió celebrando un arranque de temporada sin manchas y con sabor a grandeza.
Conforme reporta el medio deultimominuto, la remontada tomó forma luego de que Tommy Edman y Michael Conforto sacudieran jonrones clave, endulzando el ambiente que comenzaba a pesar por el 0-5 en contra. Según datos recabados por MLB, Ohtani no solo continúa afianzándose como pieza clave en la ofensiva, sino que también ha despertado un fervor inusual en los fanáticos, quienes valoran su capacidad de lanzar y batear al más alto nivel. Esta dinámica, de acuerdo con analistas de ESPN, ratifica el poderío de los Dodgers para buscar otra corona en la Gran Carpa.
La victoria fue para el relevista Jack Dreyer, quien se lució al controlar a una alineación de Atlanta que luce perdida con un inicio de 0-7, situación que no experimentaban desde hace varios años. Aunque los Bravos cuentan con nombres de peso en su roster, la presión del mal arranque pesa como un saco de plátanos, y el contraste resulta todavía más notorio frente a unos Dodgers encendidos desde el Día Inaugural.
En República Dominicana, el béisbol es la gran pasión y, en esta ocasión, algunos jugadores quisqueyanos aportaron su granito, aunque no pudieron brillar tanto como Ohtani. Varias cadenas deportivas resaltan que la serie continúa con posibilidades de otro choque reñido, mientras la fanaticada se frota las manos esperando más acción y un posible despertar de los Bravos. Hoy, Los Ángeles vibra de emoción: las graderías están llenas y el cielo parece pintado de azul, porque estos Dodgers siguen en la cima, listos para lo que venga.
