En la localidad de Sayausí, provincia de Azuay, un hombre de 64 años ha recibido una condena que pone en primer plano la gravedad de los abusos contra menores. El suceso, ocurrido en 2021, implicó a una niña de ocho años que residía en el mismo inmueble que el ahora sentenciado. Con el paso del tiempo, las autoridades recopilaron evidencias que evidenciaron el maltrato sufrido por la menor.
Tal como ha notificado EFE en recientes reportes, el individuo aprovechaba la ausencia de la madre para invitar a la niña a su domicilio. Esas visitas se presentaban como momentos inocentes para ver televisión o tomar café, pero se transformaron en encuentros de violencia que deterioraron la salud de la víctima. La Fiscalía ecuatoriana, con apoyo de especialistas médicos y psicológicos, logró confirmar la serie de delitos que desembocaron en la sentencia de 29 años y cuatro meses de prisión.
De acuerdo con informes públicos difundidos por organizaciones de protección infantil en Ecuador, este tipo de agresiones se reportan con mayor frecuencia en entornos cercanos a la familia. Diversos estudios locales señalan que el círculo de confianza es un factor clave para que el victimario cometa el crimen sin ser descubierto de inmediato. En el caso de Sayausí, la menor incluso recibió dulces y otras atenciones que la llevaron a confiar en su agresor, dificultando la denuncia oportuna.
El fallo judicial envía un mensaje contundente a la sociedad ecuatoriana. Varias instituciones involucradas en la protección de menores recalcan la importancia de la denuncia temprana y el apoyo profesional para detectar cualquier síntoma de abuso. Las familias, en tanto, son llamadas a estar más atentas a señales de alarma, reconociendo que la prevención y la intervención rápida pueden salvar vidas y evitar daños irreparables.
