Crecimiento sólido del crédito dominicano la carrera por financiar el consumo y la vivienda

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El crédito bancario se ha convertido en una fuerza impulsora para diversas actividades económicas en la República Dominicana. Desde los hogares que buscan un impulso para adquirir bienes de consumo hasta quienes se embarcan en la aventura de remodelar o comprar su primera vivienda, la banca local ha venido fortaleciendo su respaldo para cubrir las necesidades de la gente.

Tal como señala Martín Adames en su artículo para deultimominuto, la Superintendencia de Bancos (SB) detalla que en 2024 el crédito de consumo mostró un ascenso interanual de 12.3%, alcanzando unos RD$496,670 millones (excluyendo tarjetas de crédito). Adicionalmente, la misma fuente reporta que el saldo de las tarjetas personales suma RD$117,198 millones, representando el 23.7% de la cartera de consumo y 5.4% de la cartera total. Con este ritmo, el endeudamiento de los hogares se sitúa como uno de los pilares del sistema financiero, siempre y cuando se mantenga un nivel de riesgo manejable.

Ese panorama coincide con los datos emitidos por el Banco Central de la República Dominicana (BCRD), que en múltiples estudios ha destacado el rol del crédito bancario en sostener la economía local. Según el BCRD, la actividad productiva del país creció durante 2024 en torno a un 5%, y parte de ese impulso se atribuye a la facilidad crediticia brindada a los sectores construcción, comercio e inmobiliario. Mientras tanto, la cartera hipotecaria experimentó un alza de 13.7%, subiendo a RD$391,637 millones y reforzando la meta de que más familias puedan adquirir vivienda propia sin contratiempos mayores.

En medio de este contexto, sobresale el hecho de que la cartera comercial privada se disparó hasta los RD$1.14 billones, arrastrada por un aumento interanual de 11.4%. El sector construcción, uno de los más dinámicos, disfrutó de un incremento que rozó el 21.3%. Esa combinación de factores ubica la cartera de préstamos como el segmento principal dentro de los activos del sistema financiero, con un 56.7% de participación.

Ciertas entidades internacionales, como el Fondo Monetario Internacional (FMI), ya habían anticipado que el dinamismo en la República Dominicana seguiría rebasando expectativas regionales, en parte gracias a la solidez en el crédito y al acompañamiento de las políticas monetarias. Sin embargo, la SB apunta que el índice de morosidad total ronda el 1.6%, y la morosidad estresada escala a 7.12%. Conviene mantener la mirada atenta en la calidad de la cartera, dado que un alza desmedida en la morosidad podría presionar tanto a la banca como a los prestatarios en términos de liquidez y solvencia.

En contraste, el mercado hipotecario exhibe estabilidad y, a pesar de un entorno de tasas de interés globales al alza, el financiamiento para viviendas en el país se mantiene con una tasa promedio de 11.3%. Analistas locales explican que los plazos largos y acuerdos de tasa fija ayudan a amortiguar el impacto de los incrementos, creando un entorno más predecible para quienes buscan optar por un préstamo hipotecario.

Distintos especialistas coinciden en que el panorama dominicano del crédito seguirá reflejando la fortaleza del aparato productivo, a la vez que generará oportunidades de crecimiento para los sectores más tradicionales y para emprendimientos emergentes. Con la demanda privada elevándose y el consumo sostenido, el país se mantiene en una posición favorable para atraer más inversiones y sostener el dinamismo de los mercados locales, siempre y cuando se vigile el balance entre facilitar el acceso al crédito y preservar la salud financiera de la banca.

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