El programa México te abraza creado para recibir de forma digna a los connacionales que regresan forzadamente de Estados Unidos ya ha atendido a 38 065 mexicanos desde que la nueva administración estadounidense tomó posesión el 20 de enero, informó la secretaria de Gobernación, Rosa Icela Rodríguez, en la rueda de prensa matutina de Palacio Nacional.
Según la agencia EFE, Rodríguez subrayó que la estrategia no solo cubre el traslado de las personas deportadas a sus comunidades de origen, sino que “garantiza el pleno respeto a sus derechos humanos” mediante la coordinación de 34 dependencias federales. En la práctica, esto se traduce en consultas médicas y psicológicas inmediatas, la afiliación extraordinaria de 20 500 repatriados al Instituto Mexicano del Seguro Social y la entrega de más de 93 000 Tarjetas Bienestar Paisano, cada una con 2 000 pesos para costear transporte y alimentación durante el retorno.
La iniciativa se implementa en un contexto político especialmente tenso. Mientras el presidente estadounidense Donald Trump redobla el discurso de “deportaciones masivas”, la mandataria mexicana Claudia Sheinbaum insiste en que los cruces irregulares en la frontera “están en su nivel más bajo de la historia reciente” y ha rechazado cualquier despliegue de tropas de EE UU dentro de territorio mexicano. Datos de la Cancillería respaldan su afirmación: los encuentros de migrantes en la línea fronteriza se redujeron 78 % en el último año.
Como prenda de negociación para frenar aranceles anunciados por Washington, México envió 10 000 elementos de la Guardia Nacional a su frontera norte y reforzó operativos en el sur contra redes de tráfico de personas y fentanilo. El movimiento consiguió una prórroga de 30 días en los gravámenes, pero expertos advierten que esa concesión podría evaporarse si las cifras migratorias vuelven a subir.
Más allá de la coyuntura política, el flujo de deportados toca fibras sensibles de la economía mexicana. Las remesas sostén de millones de hogares bordearon los 64 745 millones de dólares en 2024, equivalentes al 3,2 % del PIB. En marzo de 2025, el Banco de México reportó un repunte mensual de 2,7 %, hasta 5 150 millones, después de cuatro meses de caídas atribuidas al “efecto Trump”. Analistas ven en México te abraza un dique temporal ayuda a los repatriados a reintegrarse y, de paso, mitiga la posible pérdida de divisas que provocaría su regreso definitivo.
Sin embargo, organizaciones civiles cuestionan la sostenibilidad del modelo. El Fondo de Naciones Unidas para la Población calcula que siete de cada diez deportados carecen de empleo formal al regresar y terminan migrando de nuevo al norte o engrosando la economía informal. Por eso urgen a complementar la asistencia inicial con programas de capacitación laboral y créditos para emprendimientos locales.
En el corto plazo, el éxito de México te abraza dependerá de dos variables que Trump mantenga la cuerda migratoria en su política interna algo cambiante en año electoral y que la economía de Estados Unidos evite una contracción profunda que dispare nuevas oleadas de retorno. Si alguno de esos factores se desborda, el número de repatriados podría superar fácilmente los 400 000 casos anuales que se registraban hace una década, poniendo a prueba la capacidad de respuesta del Estado mexicano.
Por ahora, la Secretaría de Gobernación presume de una ejecución “casi quirúrgica” del operativo. Pero, como dice un viejo refrán del otro lado del Río Bravo, “el diablo está en los detalles” la verdadera evaluación llegará cuando los repatriados encuentren o no un futuro estable en casa.