La noticia del fallecimiento del papa Francisco este lunes 21 de abril estremeció al mundo católico y, en especial, a quienes alguna vez sintieron de cerca su cercanía pastoral. Uno de ellos es el español Diego Neria Lejárraga, de 59 años, quien recuerda que aquel encuentro privado con el pontífice en 2015 le “salvó la vida espiritualmente”.
Tal como reseña la agencia EFE, Neria primera persona transexual recibida por un papa confesó que entre él y Francisco se forjó “una amistad muy bonita” que perduró más allá de aquella audiencia en la Casa Santa Marta.
Un pasado de rechazo compensado con un abrazo
Neria había abandonado la práctica religiosa tras sentirse marginado por su parroquia, pero el abrazo del pontífice cambió su historia. En otras ocasiones, Francisco mostró gestos similares: basta recordar la frase confirmada por el propio Juan Carlos Cruz cuando le dijo a este chileno que “Dios te hizo así y te ama” . Para personas LGBTQ+ dentro de la Iglesia, esos gestos marcaron un antes y un después.
El contexto de un pontificado que miró a los márgenes
El mismo Vaticano, a través de su portavoz Matteo Bruni, resaltó hoy que el Papa dedicó su vida “sobre todo a los pobres y marginados”. Ese énfasis social ganó respaldo en sectores que históricamente se sintieron relegados, pero también desató críticas internas. Medios especializados en diversidad, como PinkNews, subrayan que su legado en temas LGBTQ+ fue “complicado”, con declaraciones aperturistas alternadas con reafirmaciones doctrinales tradicionales.
Implicaciones para las personas trans y la Iglesia que viene
Para la comunidad trans, el testimonio de Neria confirma que las palabras cuentan, pero los gestos sanan. Al recibirlo, Francisco no solo desmontó prejuicios envió un mensaje silencioso de que la dignidad humana va primero. Ese mensaje puede influir en el próximo cónclave, que deberá decidir si consolida o repliega la apertura hacia colectivos históricamente excluidos.
En España, colectivos como Chrysallis y Fundación Triángulo recordaron hoy que “el futuro de la Iglesia se juega en la capacidad de escuchar historias como la de Diego”, mientras en América Latina, organizaciones pastorales de diversidad sexual señalaron que “se abre una ventana para que el sucesor convierta la hospitalidad en norma y no en excepción”. Estos grupos han solicitado participar en los foros sinodales posteriores al funeral de Estado que se celebrará en Roma la próxima semana.
Un legado que sigue latiendo
Neria sintetizó su gratitud con una frase que resuena “Con un abrazo me disipó todo el dolor”. Para muchos dentro y fuera del catolicismo, esa imagen sobrevive al pontífice. Aunque el próximo papa tendrá su propio estilo, la semilla de aquel gesto la hospitalidad sin adjetivos ya germinó. Y en palabras muy dominicanas, compai, una vez que el corazón se ensancha, no hay vuelta atrás.
