La cotización del dólar arrancó el sábado 24 de mayo de 2025 sin sobresaltos, pero aun así sigue en el radar de todo el que envía o recibe remesas, paga préstamos en moneda extranjera o simplemente planea un viaje fuera del país.
Según el Banco Central de la República Dominicana (BCRD), la tasa oficial se ubica en RD$ 58.89 para la compra y RD$ 59.25 para la venta, mientras que el euro se cambia a RD$ 66.84.
Un peso que resiste
En las últimas cuatro semanas el peso dominicano apenas ha cedido 0.2 %, comportamiento que los analistas locales atribuyen al flujo constante de divisas procedentes del turismo y, sobre todo, de las remesas. Entre enero y abril entraron US$ 3,917 millones 11 % más que en el mismo periodo de 2024 incremento que ha servido de “colchón” para la demanda de dólares en el mercado interno.
¿Qué mira el mercado?
La institución monetaria mantuvo su tasa de política en 5.75 % anual. Mientras la inflación interanual se mantiene en 3.71 %, dentro del rango meta (4 % ± 1 %), el BCRD ha optado por no mover el torniquete crediticio.
Paralelamente, la Encuesta de Expectativas Macroeconómicas apunta a un tipo de cambio de RD$ 61.91 por dólar al cierre de 2025, lo que implica una depreciación acumulada inferior al 1 %.
Claves para el bolsillo
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Remesas. El dólar relativamente estable favorece a quienes reciben dinero desde EE. UU.; cada US$ 100 se convierten hoy en unos RD$ 5,925, apenas RD$ 10 menos que hace un mes.
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Importadores. El ligero ajuste permite planificar inventarios sin encarecimientos bruscos, aunque se recomienda cubrir posiciones si la Reserva Federal decide otro aumento de tasas este verano.
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Viajeros. Quienes compren divisas para vacaciones deben contemplar pequeñas variaciones diarias la banca comercial suele añadir hasta RD$ 0.50 sobre la tasa oficial.
Lo que viene
Con la temporada alta de turismo a la vuelta de la esquina y las remesas en ascenso, los economistas prevén que la presión sobre el tipo de cambio siga contenida. No obstante, factores externos como el precio internacional del crudo y los movimientos de la Fed podrían generar episodios de mayor volatilidad entre julio y agosto. Por ahora, el peso resiste, apuntalado por un flujo de divisas más robusto de lo habitual y una política monetaria que combina cautela con espacio para actuar si el escenario global se complica.