El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, sostendrá este lunes una reunión virtual con su homólogo estadounidense, Donald Trump, en lo que marcará el primer contacto formal entre ambos mandatarios tras un breve encuentro en la Asamblea General de las Naciones Unidas.
Según informó la agencia EFE, Lula estará acompañado durante la videoconferencia por el vicepresidente y ministro de Comercio e Industria, Geraldo Alckmin, así como por los titulares de Relaciones Exteriores, Mauro Vieira, y de Hacienda, Fernando Haddad. El objetivo central del diálogo será revisar los aranceles del 50 % que Estados Unidos impuso desde agosto a gran parte de las exportaciones brasileñas.
La medida, adoptada por la administración Trump como respuesta a la condena judicial del expresidente Jair Bolsonaro sentenciado a 27 años de prisión por la Corte Suprema de Brasil, ha generado tensiones políticas y económicas entre ambos países. Pese a la cercanía ideológica que Bolsonaro mantuvo con el actual mandatario estadounidense, Lula ha insistido en separar la diplomacia de los asuntos judiciales internos.
Durante una comparecencia ante la Cámara de Diputados, el canciller Mauro Vieira dejó claro que Brasil no permitirá que “razones expresamente políticas” interfieran en las negociaciones comerciales. Según explicó, la intención del Gobierno es discutir exclusivamente los aranceles, sin poner en cuestión la soberanía del país ni la independencia de su Poder Judicial.
El encuentro virtual fue preparado tras el breve intercambio entre Lula y Trump en los pasillos de la ONU, donde según el propio presidente estadounidense ambos encontraron una “buena química”. Aun así, fuentes del Palacio de Itamaraty aseguran que el tono de la conversación será eminentemente técnico y orientado a recomponer el flujo comercial bilateral, que durante los últimos quince años ha favorecido ampliamente a Estados Unidos.
Más allá del gesto diplomático, esta conversación será una prueba de fuego para medir la capacidad de Lula de mantener el equilibrio entre la defensa de la autonomía brasileña y la necesidad de preservar un socio estratégico clave en el hemisferio.

                                    






