El Senado ha dado un paso importante para convertir los próximos fenómenos astronómicos en una oportunidad turística sin precedentes. La Comisión de Industria y Turismo ha aprobado una propuesta que busca situar a España en el mapa mundial del astroturismo, un sector en auge que combina ciencia, naturaleza y economía local.
Según la agencia EFE, la iniciativa fue respaldada por todos los grupos parlamentarios, con excepción de Vox, que se abstuvo en la votación. El texto insta al Gobierno a crear un calendario nacional de eventos astronómicos con valor turístico, cultural y educativo, además de incluir esta modalidad en las campañas de promoción internacional.
El impulso llega en un momento clave entre julio de 2026 y enero de 2028, España será el único país europeo desde el que podrán contemplarse eclipses solares totales. El más esperado ocurrirá el 12 de agosto de 2026, un espectáculo celeste que no se vive en la península ibérica desde 1905 y que, según los expertos, atraerá a millones de personas de todo el mundo.
Los eclipses, comparables en magnitud logística a grandes eventos deportivos, representan una oportunidad para dinamizar el turismo rural. Se espera que cientos de miles de visitantes se desplacen hacia regiones con cielos limpios y baja contaminación lumínica, generando actividad económica en zonas tradicionalmente alejadas de los grandes circuitos turísticos. Este movimiento, además, contribuiría a reducir la estacionalidad del turismo y a fortalecer la cohesión territorial.
Para coordinar los preparativos, el Gobierno ha puesto en marcha la Comisión Interministerial para los Eclipses 2026-2028, encabezada por el secretario de Estado de Ciencia, Innovación y Universidades. En ella participan trece ministerios, lo que refleja la magnitud y el alcance de este proyecto que combina ciencia, cultura y desarrollo económico.
España se posiciona así como un destino privilegiado para vivir los fenómenos del cielo, un país donde mirar las estrellas también puede significar mirar hacia el futuro.








