La madrugada de este martes quedó marcada por un gran pesar en la capital. El techo de la discoteca Jet Set, un lugar hasta hace poco lleno de música y vida nocturna, colapsó estrepitosamente dejando un panorama lleno de incertidumbre. Decenas de familiares, con rostros compungidos y llenos de angustia, se reunieron en las inmediaciones del Instituto Nacional de Patología Forense. Muchos buscaban con urgencia noticias de sus seres queridos, quienes podrían haber quedado atrapados en medio de los escombros.
Tal como informa deultimominuto, el suceso movilizó a rescatistas de todo el país, y un grupo numeroso de voluntarios se unió a las labores de búsqueda. Autoridades del 9-1-1 indicaron que alrededor de 300 personas colaboran sin descanso para encontrar a las víctimas y brindar atención a los heridos. Los momentos iniciales fueron críticos: se asignaron cerca de 80 ambulancias, transportando a veces más de un lesionado por unidad para no perder tiempo valioso (Referencia 1).
Fuentes de la Defensa Civil han destacado que en sucesos de esta magnitud, la rapidez de reacción es fundamental. En años anteriores, organismos de socorro en otros países, como México y Chile, han enfatizado la importancia de equipos de rastreo especializados y entrenamientos constantes para afrontar derrumbes (Referencia 2). En el entorno local, hay un reclamo creciente de reforzar la supervisión de edificaciones, sobre todo aquellas que reciben grandes concentraciones de público.
Según técnicos consultados por distintos medios nacionales, hay indicios de que el deterioro estructural y la falta de mantenimiento pueden haber contribuido al colapso de este recinto tan concurrido. Entretanto, familiares y amigos de los desaparecidos siguen viviendo horas interminables de tensión, aferrados a la esperanza de recibir buenas noticias. Muchos aprovechan cada momento para colaborar con las autoridades, compartiendo datos que ayuden a acelerar la búsqueda.