Gobierno dominicano abre conversaciones con Estados Unidos en busca de exoneración arancelaria

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Las autoridades dominicanas se han propuesto reajustar las reglas del comercio con Estados Unidos, enfocándose en la eliminación de los aranceles que, bajo la administración de Donald Trump, se impusieron a productos criollos. Este paso no solo responde a un deseo de mantener la fluidez en las exportaciones, sino también a la búsqueda de condiciones más equitativas en el mercado internacional. Bajo la lupa de los entes reguladores, la nación caribeña ha destacado la importancia de una retribución justa para sus productores locales, quienes se han visto afectados por el impuesto del 10%. De acuerdo con datos de la Organización Mundial del Comercio (OMC), la República Dominicana logró exportaciones en torno a los 11 mil millones de dólares en 2022, sosteniendo gran parte de su economía en las relaciones con Norteamérica.

Tal como informa deultimominuto, la articulista Carolina Alvarez difundió que el presidente dominicano, en su comparecencia semanal, confirmó el envío de cartas a funcionarios de la Casa Blanca, abriendo un espacio de diálogo que, según fuentes locales, podría desembocar en una renegociación crucial. Hay quienes sostienen que las disposiciones del DR-CAFTA deberían asegurar un trato preferencial para República Dominicana, considerando los sólidos vínculos comerciales y la balanza positiva para Estados Unidos. Fuentes del Ministerio de Relaciones Exteriores refieren que, si se concreta un encuentro con delegados norteamericanos, se insistirá en la exoneración total del gravamen, aludiendo a los más de 40 mil millones de dólares en excedentes que Estados Unidos ha percibido en las últimas transacciones comerciales con suelo dominicano.

La Cancillería, por su parte, ha reiterado que no pretende privilegiar únicamente los intereses dominicanos, sino reactivar un modelo de cooperación donde ambos países fortalezcan sus industrias de manera complementaria. Se valora, además, la llegada de la nueva embajadora de Estados Unidos, quien podría servir de puente para agilizar los acuerdos pendientes. El Gobierno dominicano calcula que este reencuentro diplomático podría equilibrar varias áreas productivas clave, como el sector textil, la manufactura médica y la agroexportación, que generan miles de empleos en la isla.

Conforme a cifras preliminares del Banco Central dominicano, el sector exportador se ha visto resentido por la imposición de aranceles, pese a que el porcentaje aplicado fue menor comparado con otros países. Desde el punto de vista de los empresarios, no se trata solo de reducir un impuesto adicional, sino de restablecer la confianza y el ritmo normal en las aduanas estadounidenses, principal destino de muchos productos caribeños. En paralelo, se han sumado voces académicas que enfatizan la necesidad de diversificar mercados y no depender exclusivamente de un solo socio comercial, por más robusta que sea la relación histórica con el norte.

Queda por verse si los próximos encuentros diplomáticos, apoyados en información oficial y estudios comparativos sobre el impacto real de estos aranceles, serán suficientes para deshacer las barreras y devolver al panorama regional un libre comercio más justo. Las autoridades dominicanas apuestan a la apertura de nuevas rutas de diálogo, mientras la mirada de buena parte del sector privado está puesta en lograr un acuerdo que active el dinamismo comercial y mantenga la competitividad de los productos quisqueyanos más allá de las fronteras.

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