Haitiano baleado al intentar arrebatarle el arma a un militar en Azua

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Un forcejeo entre un soldado del Ejército de la República Dominicana y un ciudadano haitiano terminó a tiros la tarde del lunes 21 de abril en el distrito municipal Proyecto 4, provincia Azua. El militar, cuya identidad se reserva por razones de seguridad, patrullaba la zona cuando según el parte preliminar el extranjero intentó arrebatarle el arma de reglamento; en medio de la trifulca el uniformado disparó e hirió al agresor en la pierna. El lesionado fue trasladado de inmediato al Hospital Regional Taiwán, donde permanece bajo vigilancia médica.

el Comando Regional Sur abrió una investigación interna para esclarecer las circunstancias del suceso y determinar si se aplicarán sanciones disciplinarias. Mientras tanto, unidades adicionales de patrulla fueron desplegadas en los alrededores de Proyecto 4, una comunidad agrícola enclavada a poco más de 40 kilómetros de la Carretera Sánchez, punto estratégico de tránsito entre la costa Sur y el corredor fronterizo con Haití.

Aunque incidentes aislados como el de Azua suelen quedar en el ruido mediático de un solo día, las estadísticas muestran una presión migratoria sostenida. Solo entre enero y mediados de marzo, más de 900 haitianos fueron apresados mientras intentaban entrar o desplazarse de forma clandestina dentro del país. A esa cifra se suman los 111 detenidos el 2 de abril en Friusa y Verón, operativos que elevaron a 9,405 las repatriaciones contabilizadas en ese distrito turístico desde octubre pasado.

El gobierno central también ha endurecido la vigilancia. A principios de abril, el presidente Luis Abinader anunció un paquete de quince medidas que incluye el envío de 1,500 soldados adicionales a la línea fronteriza, con lo que el contingente permanente ascendería a unos 11,000 efectivos . Paralelamente, el Ministerio de Defensa licitó la construcción de 13 kilómetros más del muro perimetral y dispuso dividir las tres brigadas fronterizas en seis zonas operativas para reducir los tiempos de respuesta en áreas rurales como la que rodea Proyecto 4.

Para la socióloga Carolina Mejía, especialista en movilidad humana, “el choque entre la necesidad de mano de obra agrícola y las barreras legales crea un caldo de cultivo para choques como el que acabamos de ver”. La experta advierte que, mientras persista la crisis política y económica en Haití, la presión migratoria se mantendrá alta y los patrullajes, por sí solos, “no resolverán el problema de fondo”.

De momento, el ciudadano haitiano herido continúa estable y bajo custodia; cuando reciba el alta médica será puesto a disposición del Ministerio Público y de la Dirección General de Migración para los procedimientos correspondientes. El Ejército, por su parte, reiteró que mantendrá los operativos de interdicción “sin bajar la guardia” en las provincias sureñas, una señal de que la tensión en la franja fronteriza seguirá marcando la agenda de seguridad nacional en los próximos meses.

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