Impuesto a las remesas hunde acciones de Western Union en Wall Street

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Los inversores reaccionaron con ventas rápidas este martes después de que los republicanos de la Cámara de Representantes incluyeran un tributo del 5 % a los envíos de dinero al extranjero en su nuevo paquete fiscal, golpeando especialmente a Western Union, cuya acción perdió cerca de un 3 % a media jornada, y contagiando a competidores como Remitly y PayPal.

Tal como detalla la agencia EFE, la tasa recaería sobre quien envía la remesa principalmente migrantes latinoamericanos y forma parte del llamado “Gran y Hermoso Proyecto de Ley”, la apuesta con la que el expresidente Donald Trump quiere prorrogar y ampliar sus recortes tributarios originales. El gravamen busca compensar la pérdida de ingresos que implican esas rebajas y, de paso, financiar nuevas deducciones a propinas, horas extra y ciertos préstamos nacionales.

Una idea que resurge y que huele a pulso político

No es la primera vez que se propone gravar las remesas en 2017, la Administración Trump tanteó algo similar para pagar el muro fronterizo. Aquella vez la iniciativa murió por la fuerte oposición de la banca, las “fintech” y los países receptores. Ahora el escenario se repite, pero con un Congreso más polarizado y la campaña presidencial a la vuelta de la esquina, por lo que analistas ven el impuesto como un guiño a la base conservadora más que como un ingreso realista.

Por qué importa: los números detrás del dólar migrante

  • US$ 656 000 millones: monto que las familias de países de renta media y baja recibieron en 2023, según el Banco Mundial.

  • US$ 8 000 millones: proporción que las remesas aportan cada año a El Salvador un cuarto de su PIB, uno de los países que más sufrirían si el flujo se encarece. Un gravamen del 5 % podría recortar hasta un 6 % de su producto interno, alerta un análisis de mercado.

  • US$ 10 500 millones: dinero que los dominicanos en la diáspora enviaron a su país el año pasado, casi el 9 % del PIB criollo, de acuerdo con datos oficiales. Para un hogar dominicano promedio, un impuesto adicional de 5 % representaría perder dos semanas de compras básicas al año.

Impacto inmediato en Wall Street y en los pasillos del Capitolio

Western Union ya venía lidiando con la competencia de las aplicaciones móviles y con comisiones a la baja. Un impuesto así añadiría costos de verificación de estatus migratorio y riesgo de que los usuarios se muden a canales informales o a criptomonedas, advirtió la firma de análisis GuruFocus.

Eso explica la caída bursátil de la compañía y el tímido retroceso de Remitly y PayPal, cuyos modelos “peer-to-peer” resultarían menos castigados. Los tres gigantes, junto a asociaciones bancarias, iniciaron ya una ofensiva de cabildeo que podría convertir este apartado del proyecto en moneda de cambio dentro de las negociaciones presupuestarias.

Lo que se juega Latinoamérica y República Dominicana

En la región, las remesas crecieron 7,7 % el año pasado pese a la inflación global. Si el costo de enviar dinero sube, los economistas temen que las familias receptoras reduzcan consumo, caigan las reservas de divisas y se frene el crédito al sector vivienda, que depende de esos ingresos como garantía.

Para los dominicanos residentes en EE. UU., aún no está claro si existirán exenciones para ciudadanos naturalizados. De no haberlas, el Banco Central calcula que el flujo podría contraerse entre 5 % y 8 %, obligando a miles de hogares a endeudarse o recortar salud y educación.

¿Aprobación a la vista?

El líder republicano en la Cámara, Mike Johnson, aspira a llevar el paquete a votación antes del receso de verano. Sin embargo, la bancada demócrata y algunos republicanos moderados ya adelantaron que no respaldarán un tributo que “castiga a quienes más aportan a sus familias y economías de origen”. El Senado, dominado por los demócratas, tendría la última palabra y se perfila reacio a la medida.

Entre tanto, Western Union intenta tranquilizar al mercado recordando que su margen operativo, de casi 20 %, le deja espacio para absorber parte del impacto. Aun así, el temor a un descenso de volumen su principal fuente de ingresos mantiene el título bajo presión.

En resumen: el impuesto a las remesas es todavía un proyecto, pero ya sacudió a Wall Street y encendió alertas en América Latina. De aprobarse, no solo modificaría el negocio de las transferencias; también alteraría el sustento de millones de familias y la estabilidad macroeconómica de varios países.

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