Los Pacers de Indiana volvieron a sacar la casta en la carretera y despacharon 114-105 a los Cavaliers de Cleveland para sentenciar la serie 4-1 y colarse, por segundo año al hilo, en la final de la Conferencia Este. La reacción, cocinada tras ir abajo por 19 tantos, silenció a todo el Rocket Arena y confirmó que el quinteto de Rick Carlisle sabe sobrevivir a ambientes hostiles.
la transmisión mostró cómo Indiana subió la intensidad justo en el momento clave un parcial de 27-19 en los últimos nueve minutos que dejó sin oxígeno a los locales y desató la celebración en el banquillo visitante.
Tyrese Haliburton se fajó como líder 31 puntos, ocho asistencias y seis rebotes, incluyendo seis bombazos desde la línea de tres que frenaron cada amago de remontada de Cleveland. Pascal Siakam (21-8-5, con par de tapones) y el resto del quinteto abridor también se fueron en doble dígito, demostrando que la ofensiva fluye cuando Haliburton lleva el timón.
Del lado de los Cavs, Donovan Mitchell dejó 35 unidades 15 de ellas desde la personal pero lanzó 8-de-25 de campo. Evan Mobley aportó un doble-doble (24-11), aunque ni su esfuerzo ni los 64 triunfos de temporada regular la segunda mejor marca en la historia de la franquicia bastaron para evitar el naufragio del #1 del Este. Cleveland, que barrió a Miami en la ronda anterior, se topó con una pared bien aceitada y pagó caro su pobre 0 de 12 combinado de Darius Garland y Max Strus desde el perímetro.
“Ganar un juego decisivo fuera de casa es durísimo, pero este grupo nunca bajó la cabeza”, soltó Carlisle, visiblemente emocionado mientras abrazaba a sus muchachos en medio de la duela. El técnico valoró el carácter de un plantel que hilvana tres victorias en Cleveland durante la serie y que ya había eliminado a Milwaukee en la primera ronda.
El triunfo también revalida la apuesta de la gerencia el ritmo vertiginoso segunda mejor ofensiva de la liga y la profundidad del roster se combinaron para desactivar a un rival construido alrededor de la defensa de Mobley. Si Indiana mantiene esa energía, sea cual sea el desenlace del duelo Celtics-Knicks, tendrá argumentos para soñar con su primera aparición en las Finales de la NBA desde la era de Reggie Miller.
A corto plazo, los Pacers ganan varios días de descanso y preparación; algo vital para un Haliburton que lidiaba con fatiga y un Siakam que apenas se adaptaba al sistema tras su llegada a media campaña. El Este ya no tiene invictos Indiana se encargó de recordarlo, con un baloncesto atrevido y sobre todo resiliente.