El proyecto rosa que pintaba para dominar la MLS 2025 se viró de repente en los últimos siete partidos, el Inter Miami apenas recoge una victoria y un empate, mientras le han clavado veinte goles. Como si fuera poco, el equipo cayó de bruces 0-3 ante Orlando City en su propia casa y ahora ronda el sexto puesto del Este.
Según la agencia EFE, aquella ilusión que arrancó con goleadas y con Leo Messi marcando a placer empezó a desmoronarse tras la traumática eliminación frente al Vancouver en las semifinales de la Liga de Campeones de Concacaf; desde ese golpe, la confianza se esfumó y los números defensivos son una alarma constante.
Los datos avalan la preocupación la escuadra de Javier Mascherano recibió diez tantos en los últimos tres juegos y suma cinco derrotas en la racha reciente, incluida la del ‘Clásico del Sol’ en la que Orlando lo exhibió sin contemplaciones. El propio Messi, visiblemente molesto, alzó la voz en Apple TV para criticar fallos arbitrales que, a su juicio, “siempre aparecen en una jugada puntual”.
Dentro del vestidor se reconoce el bajón anímico. El venezolano Telasco Segovia admitió que el grupo “saldrá de la mala racha juntos, como dijo Messi”, pero aceptó que su rendimiento individual y el de varios compañeros está por debajo del nivel esperado. Mascherano no escondió la cara “El equipo ha perdido muchísima confianza claramente el responsable soy yo”, declaró el argentino tras la goleada dominical.
El calendario no espera. Este fin de semana los rosados visitan al líder Philadelphia Union, antes de encarar junio con el debut en el nuevo Mundial de Clubes, donde chocarán con Oporto, Palmeiras y Al Ahly. Un batacazo en esa fase podría convertir la temporada en naufragio total.
Analistas externos apuntan a un par de causas estructurales primero, la zaga nunca se reforzó al nivel de la delantera; segundo, la plantilla depende demasiado de la inspiración de Messi y de un Luis Suárez que ya acusa el trajinar físico de la campaña. De hecho, el pistolero suma apenas cuatro goles en MLS y ninguno en sus últimos cinco encuentros, un contraste dramático con su arranque de año.
No es la primera vez que una franquicia cargada de estrellas se tambalea basta recordar el invierno de Los Angeles Galaxy cuando Ibrahimović se quedó solo ante un sistema defensivo agujereado, pero sí es la primera vez que la MLS ve a Messi en el ojo del huracán. Para salvar el curso, Inter Miami necesita algo más que chispazos de genialidad urge blindar la retaguardia, recuperar la presión alta que les ganó aplausos en marzo y, sobre todo, cerrar filas alrededor de un técnico que ahora mismo camina sobre hielo fino.
El balón está en su cancha; de la respuesta que ofrezcan en Filadelfia dependerá si este capítulo se convierte en un simple bache o en la crónica de un derrumbe anunciado.
