Apenas se escuchó el estruendo de la pelota contra los bleachers del Yankee Stadium, el dominicano Jasson Domínguez levantó el puño y, de paso, a toda la fanaticada neoyorquina. Su cuadrangular solitario en la novena entrada selló el triunfo 4-3 sobre los Rangers y ratificó el dulce momento que vive el guardabosque de 22 años.
Según MLB, el tablazo del muchacho de Esperanza fue su primer walk-off en las Mayores y coronó una noche en la que Cody Bellinger también la sacó por los Bombarderos, mientras que Jake Burger respondió con par de vuelacercas por Texas.
El batazo de Domínguez no es casualidad el prospecto acumulaba seis jonrones y un OPS de .778 en 137 turnos antes del choque, números que confirman su adaptación tras la lesión de 2024. La explosión ofensiva llega, además, en una racha en la que los Yankees han ganado 10 de sus últimos 14 compromisos.
La velada también fue un escaparate para otros bates latinos:
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Yandy Díaz encendió la pizarra de los Rays con jonrón de tres carreras, escoltado por los mexicanos Jonathan Aranda e Isaac Paredes, este último con par de bambinazos y tres impulsadas.
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En Seattle, el dominicano Julio Rodríguez disparó cañonazo de tres rayitas y su compatriota Leody Taveras añadió otro de dos, mientras el mexicano Andrés Muñoz apuntalaba su 16.º salvamento.
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Los venezolanos Salvador Pérez y Maikel García se combinaron para empujar cuatro carreras en la victoria de los Reales; el boricua Heliot Ramos respondió con jonrón de dos para los Gigantes.
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En la doble jornada entre Mellizos y Guardianes, el veterano Carlos Santana dio cuadrangular en ambos encuentros, aunque el segundo terminó en manos de Cleveland gracias al bate caliente de José Ramírez y compañía.
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Finalmente, en Boston, el boricua Francisco Lindor sacó la bola y Brett Baty remolcó tres para los Mets, mientras el dominicano Juan Soto aportaba un remolque clave.
Estos destellos no son aislados. La temporada abrió con 265 jugadores nacidos fuera de EE. UU., el 27.8 % de los rosters; la República Dominicana lidera con 100 peloteros activos. Analistas de MLB subrayan que la presencia latina no solo añade profundidad al line-up, sino que empuja la evolución cultural del juego, desde los ritmos de bachata en los clubhouse hasta nuevas estrategias de captación de talento en academias caribeñas.
En el caso de Domínguez, su progresión también se refleja en la métrica avanzada: un promedio de salida de 90.8 mph y un 54 % de batazos duros este año, saltos notables respecto a 2024. Ese poder, combinado con su velocidad (4 bases robadas), lo perfila como la próxima cara dominicana en el Bronx, relevo natural de la estirpe que dejaron Robinson Canó y Alfonso Soriano.
Con Nueva York firme en la cima del Este y el calendario a punto de llegar al Juego de Estrellas, el látigo latino promete seguir tronando. Si algo dejó claro la noche del miércoles es que, cuando el bate de un chico de 22 años puede cambiar el libreto en la última escena, el béisbol vive y late con sabor caribeño.