KERRYVILLE, Texas. Una crecida brutal del río Guadalupe convirtió la madrugada del viernes en pesadilla al menos 27 personas murieron y 23 niñas que veraneaban en el campamento cristiano Mystic siguen sin aparecer. Las tormentas comenzaron el jueves por la noche y, en cuestión de horas, anegaron carreteras, arrasaron cabañas y dejaron sin luz amplias zonas del centro sur de Texas.
Según despachos de la agencia EFE, el director del Departamento de Seguridad Pública estatal, Freeman F. Martin, describió el panorama como “un suceso trágico” que aún puede cobrarse más vidas. La mayoría de los cuerpos fueron recuperados en las márgenes del Guadalupe y en arroyos que desembocan en él.
Búsqueda contrarreloj
Las autoridades confirmaron este sábado que el saldo de víctimas subió a 27 después de que equipos de rescate encontraran dos cadáveres aguas abajo de Kerrville. El sheriff Larry Leitha Jr. reconoció que los números pueden cambiar “hora tras hora”, porque varias comunidades continúan incomunicadas.
Para dar con las niñas del Camp Mystic solo para chicas y habitado esta semana por unas 750 menores se han desplegado 14 helicópteros, 12 drones y nueve cuadrillas de búsqueda, con apoyo de la Guardia Costera y la FEMA. El nivel del río en Hunt se disparó hasta los 9,9 metros, su segundo registro más alto desde que hay datos.
Declaratoria de desastre y apoyo federal
El gobernador Greg Abbott declaró zona de desastre a 14 condados, entre ellos Kerr, Kendall y Bandera, mientras cuadrillas de la empresa eléctrica intentan restablecer el servicio en pueblos que llevan más de 24 horas a oscuras. Desde Washington, el presidente Donald Trump prometió “cuidar” al estado y liberar fondos de emergencia tan pronto el recuento de daños esté listo.
La memoria de 1987 regresa
Para los texanos del llamado “callejón de las inundaciones repentinas”, la tragedia trae ecos amargos en 1987, una riada similar se llevó la vida de 10 adolescentes en otro campamento cristiano, a pocos kilómetros de Comfort. Aquella lección motivó mejoras en alertas y puentes; aun así, el fenómeno del viernes superó los protocolos.
¿Cambio climático o mala suerte?
Meteorólogos atribuyen las lluvias extremas a una “colisión” de aire tropical muy cargado de humedad con una vaguada estancada; el resultado fueron más de 30 centímetros de agua en solo 12 horas. Científicos de la Universidad de Texas advierten que la intensidad de estos eventos ha aumentado un 20 % en las últimas dos décadas, tendencia ligada al calentamiento global del Golfo.
Advertencia final
Mientras las sirenas de alerta siguen sonando, las autoridades piden a los residentes que viven cerca del Guadalupe o sus afluentes evacuar a terrenos altos y evitar cruzar caminos inundados. “Ninguna carretera vale una vida”, insistió el sheriff Leitha. Los socorristas se preparan para hallar más víctimas cuando el nivel del agua baje durante el fin de semana.