El estruendo de las sirenas sacudió a Tel Aviv y a varias ciudades del centro de Israel la tarde de este 9 de mayo, cuando la defensa aérea detectó un proyectil lanzado desde Yemen. El Ejército confirmó poco después que el misil que habría recorrido unos 2.000 kilómetros fue derribado sin causar víctimas ni daños materiales.
Según refirió la agencia EFE, los rebeldes hutíes aliados de Irán y protagonistas de la guerra civil en Yemen no se atribuyeron el ataque de inmediato, aunque sus portavoces suelen demorar horas antes de publicar un parte oficial. No obstante, fuentes castrenses citadas por Reuters detallaron que la interceptación se produjo “fuera del espacio aéreo israelí”, lo que evitó un impacto directo en territorio poblado.
Un misil que desafía la “tregua” de Trump
El disparo llega apenas tres días después de que el presidente de EE. UU., Donald Trump, anunciara un acuerdo con los hutíes para que cesen los ataques a buques en el Mar Rojo a cambio de que Washington suspenda sus bombardeos en Yemen. Ese pacto sorprendió a Jerusalén, donde calificaron la movida como “prematura” y advirtieron que no frenará la hostilidad contra Israel.
La desconfianza tenía base el pasado domingo un proyectil hutí impactó en las cercanías del aeropuerto Ben Gurión, obligando a varias aerolíneas a cancelar vuelos durante horas. Aunque tampoco hubo heridos, fue la primera vez que la infraestructura civil más transitada del país sufría un golpe directo desde que estalló la actual guerra en Gaza, en octubre de 2023.
Por qué los hutíes siguen disparando
Para los insurgentes yemeníes, el alto el fuego con EE. UU. se limita a la seguridad marítima. Sus líderes insisten en que mantendrán el “fuego solidario” contra Israel mientras continúe la ofensiva en Gaza y no se levante el bloqueo al enclave palestino. Así lo reiteró Mohammed Abdul-Salam, portavoz hutí, tras el anuncio de Trump: “Nuestro conflicto prioritario sigue siendo con la ocupación sionista”.
Ese matiz explica por qué, en menos de una semana, los israelíes han debido correr dos veces hacia los refugios a raíz de misiles disparados desde más allá de la península arábiga. A juicio de analistas militares consultados por The Times of Israel, el alcance inusualmente largo demuestra que los hutíes han perfeccionado la versión iraní del misil Quds-2, capaz de volar bajo el radar y sortear defensas hasta el último tramo.
Impacto en la política regional
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Israel–EE. UU.: la Casa Blanca insiste en que la tregua marítima “no requiere aval israelí”, pero la cúpula de seguridad en Tel Aviv teme que el gesto sea interpretado en Teherán como una señal de relajamiento occidental. Esa percepción ya genera roces diplomáticos, reveló Axios, al filtrarse una reunión privada entre Trump y el ministro israelí Ron Dermer en la que se habló de “posibles líneas rojas”.
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Irán: Teherán, que niega control operativo directo sobre los hutíes, capitaliza la presión adicional sobre Israel sin exponerse a un choque frontal con EE. UU.
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Comercio global: navieras como Maersk y MSC celebraron la tregua en el Mar Rojo, pero advierten que una ruta libre no disipará las primas de riesgo si los cohetes siguen volando hacia Israel.
¿Qué viene ahora?
La Fuerza Aérea israelí respondió al lanzamiento con un bombardeo “de precisión” contra un radar hutí al oeste de Saná, según fuentes de defensa citadas por Al Jazeera, mientras tanto la ONU intenta reanudar las negociaciones de paz yemeníes en Mascate antes de que la ventana diplomática se cierre por la escalada en Gaza.
En paralelo, el Gobierno israelí sopesa reforzar el sistema Arrow-3 diseñado para interceptar misiles balísticos de rango intermedio sobre el centro del país. La idea es crear un “techo extra” encima de la conocida Cúpula de Hierro, la misma que este viernes volvió a demostrar que aún tiene pólvora suficiente para proteger Tel Aviv.