Con su carisma nuevamente a to’ lo que da, Jennifer López abrió la 51.ª entrega de los American Music Awards (AMAs) 2025 en Las Vegas y de inmediato se adueñó de las redes. “La Diva del Bronx” arrancó con un guiño nostálgico a Dance Again y, antes de que la gente terminara de vitorear, soltó un beso doble a dos de sus bailarines que puso a arder X y TikTok.
Tal como reseña El Universal, el público quedó boquiabierto más por el inesperado beso que por la impecable coreografía, a pesar de que el montaje incluyó acrobacias que poco tienen que envidiarle a sus shows de estadio.
Para calentar la pista, J.Lo hilvanó un medley con lo más candente del chart: “Not Like Us” de Kendrick Lamar, el dembow “NUEVAYoL” de Bad Bunny, el funk festivo de “Die with a Smile” firmado por Lady Gaga y Bruno Mars y, de ñapa, el “APT” donde confluyen Bruno y Rosé de Blackpink. La selección no fue casual: según People, la producción buscó reunir los sencillos que más sonaron en 2025 para subrayar la vigencia de la premiación y de la propia artista, quien lleva ya tres décadas manteniéndose trending sin aflojar el paso.
El momento del beso captado en 4K, multiplicado en memes y en cuestión de minutos convertido en “#JLOAMAs” terminó de catapultar la noche. Portales de entretenimiento como TV Insider y TMZ destacaron cómo los aplausos se mezclaban con gritos de sorpresa mientras las cámaras enfocaban a un público entre atónito y fascinado.
No es la primera vez que la artista rompe esquemas en los AMAs, pero esta edición era especial además de presentar el show, López fungía como anfitriona por primera vez en una década, detalle que la propia cantante celebró en declaraciones previas recogidas por People, donde prometió “honrar a los veteranos” y “mantener la fiesta todo el verano” con su próximo tour.
Más allá del titular jugoso, el gesto refuerza la marca J.Lo una performer sin miedo a adueñarse de la narrativa pop ya sea compartiendo escenario con Shakira en el Super Bowl de 2020 o toreando rumores sobre su vida personal. En esta ocasión, el mensaje es claro a los 55 años, Jennifer sigue dictando tendencias, marcando el beat y recordándole a la industria que el espectáculo, cuando se hace con pasión y autenticidad, no tiene fecha de caducidad.
