La izquierda francesa endurece su postura y enciende el debate tras la inhabilitación de Le Pen

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Miles de simpatizantes de los movimientos progresistas llenaron las calles de París para expresar su descontento ante la actual coyuntura política. Gritaban consignas y levantaban pancartas a favor de la justicia independiente, especialmente después de que la líder ultraderechista Marine Le Pen fuese condenada por un caso de corrupción que, de momento, le impide competir por la presidencia en 2027.


Tal como apunta EFE, la marcha fue organizada por La Francia Insumisa (LFI) y contó con el respaldo de los Verdes, mientras el Partido Socialista se mantuvo al margen. A juicio de los convocantes, la movilización es un primer paso para salvaguardar el Estado de derecho y bloquear cualquier intento de la ultraderecha por ganar más terreno político.


Manuel Bompard, coordinador de LFI, insistió en que el discurso nacional-populista atenta contra los fundamentos de la República. Numerosas voces de la izquierda advirtieron sobre el peligro de tolerar actos de intimidación hacia los magistrados que dictaron la sentencia contra la dirigente ultraderechista. Aunque el Agrupación Nacional (RN) culpa a los jueces de “politización”, el veredicto fue respaldado por un proceso legal que, según el tribunal, demostró un presunto desvío de fondos públicos en el Parlamento Europeo.

La tensión de la jornada se multiplicó con otros dos grandes eventos políticos en la capital francesa. Mientras el RN anunciaba su protesta en la plaza Vauban, el partido gobernante, Renacimiento, celebraba un mitin en la Ciudad del Cine de Saint-Denis. Analistas señalan que la fractura social se ve alimentada por múltiples frentes: desde la creciente polarización entre facciones políticas hasta la desconfianza que ronda las instituciones. Diversos estudios de opinión, como los sondeos del Eurobarómetro, reflejan una disminución del respaldo popular a la Unión Europea, algo que la ultraderecha usa de bandera.


La “batalla pacífica y democrática” prometida por Le Pen ante el congreso de sus aliados en Italia subraya hasta qué punto el pulso político francés se encuentra en plena ebullición. Cada bloque defiende su visión de la justicia y la democracia con particular vehemencia, mientras las calles parisinas siguen siendo escenario de manifestaciones que, al menos hasta ahora, se han desarrollado sin incidentes mayores. Observadores locales estiman que este panorama continuará alimentando la controversia en el país galo, donde las aspiraciones presidenciales de 2027 despiertan pasiones a diestra y siniestra.

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