Lluvias extremas y olas de calor golpearon Asia en 2024, alerta la OMM

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Las estampidas de agua y los termómetros al rojo vivo no dieron tregua en el sur de Asia durante 2024. De Kerala a Nepal, las lluvias torrenciales sepultaron comunidades enteras, mientras la canícula apagó vidas y secó cosechas, presionando aún más a una región ya golpeada por la crisis climática.

Según la agencia EFE, el último informe Estado del Clima en Asia 2024 de la Organización Meteorológica Mundial (OMM) describe un año récord Asia se calentó 1,04 °C por encima del promedio 1991-2020 y vivió algunos de sus eventos más letales de la última década.

El costo humano y material

  • Kerala, India (30 de julio): más de 350 fallecidos tras deslizamientos provocados por 500 mm de lluvia en 48 horas.

  • Nepal (26 sep.–3 oct.): inundaciones y aludes dejaron 246 muertos, 178 heridos y daños que superan los US$ 94 millones.

  • Olas de calor: la India registró 44 000 casos de golpe de calor y más de 450 víctimas mortales, batiendo su récord térmico desde 1901.

Además de las pérdidas humanas, la OMM advierte que el nivel del mar en los océanos Índico y Pacífico crece a un ritmo mayor que la media global, amenazando a millones en las costas bajas.

¿Por qué la situación empeora?

  1. Calentamiento acelerado: Asia se calienta casi el doble del promedio mundial, lo que intensifica tanto lluvias extremas como sequías prolongadas.

  2. Gestión precaria del territorio: deforestación, urbanización sin planificación y sistemas de drenaje obsoletos reducen la capacidad natural de absorción del agua, multiplicando los desastres.

  3. Impacto económico creciente: de seguir la tendencia, las pérdidas climáticas en el sur de Asia rondarán los US$ 160 000 millones anuales para 2030, según el Banco Mundial.

Lecciones y oportunidades

  • Alerta temprana salva vidas: el propio informe destaca que los avisos anticipados en Nepal permitieron proteger a más de 130 000 personas, demostrando que invertir en meteorología y evacuación funciona.

  • Reforestación y planificación urbana: recuperar cuencas y limitar la construcción en zonas de riesgo puede reducir la furia de futuros monzones.

  • Cooperación regional: compartir datos climáticos entre India, Nepal y Pakistán es vital; las lluvias y el calor no respetan fronteras, pero la respuesta sí puede coordinarlas.


Con el océano Índico alcanzando temperaturas récord y los glaciares del Himalaya perdiendo masa aceleradamente, los expertos de la OMM insisten en que estas cifras “ya son inaceptables”. El desafío es doble adaptar infraestructuras y, al mismo tiempo, reducir las emisiones que alimentan estos extremos.

En buen dominicano o se invierte ahora en resiliencia y energía limpia, o la cuenta en vidas, alimentos y pesos seguirá subiendo. La pelota está en la cancha de los gobiernos y del sector privado; el clima ya avisó que no esperará por nadie.

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