Hace años que los videojuegos dejaron de ser cosas de niños y de "frikis raritos" y buena prueba de ello es su protagonismo en el Festival de Tribeca de Nueva York, donde se codean desde hace tres años con el séptimo arte.
La quinta planta de la sede del festival, ubicada en el barrio de Manhattan que le dio nombre, está dedicada exclusivamente a los videojuegos, que hoy en día son la industria cultural de mayor tamaño y facturación del mundo, ya la realidad inmersiva, donde se mezcla a su vez lo lúdico con lo sensorial y lo artístico.
Sofás frente a pantallas donde los visitantes prueban los títulos que compiten por un premio como "Chants of Senaar","Despelote" o "Nightscape" o gafas de realidad virtual (RV) donde también experimentan juegos como "Pixel Ripped 1978" o "The Pirate Queen: A Forgotten Legend", comparte espacio con otros trabajos a medio camino entre el cine y el juego.