Santiago, RD. – La mañana del sábado terminó en tragedia en el Ensanche Bermúdez, cuando agentes de la Dirección Central de Investigación (DICRIM) ultimaron a Juan José Hidalgo, alias “El Menor de Moca”, durante un alegado enfrentamiento. El joven, de 23 años, fue trasladado aún con vida al Hospital Municipal José de Jesús Jiménez Almonte, donde murió minutos después, según confirmó el centro asistencial.
Según reseña el portal deultimominuto, la patrulla intentaba arrestar al supuesto delincuente buscado por varios atracos cuando este habría disparado primero; los uniformados respondieron a la agresión y, tras el tiroteo, ocuparon una pistola en la escena.
“Eso fue pa’ matarlo, ellos mismos me lo dijeron”, denunció entre sollozos su madre, María del Carmen Solano, mientras esperaba en el Instituto Nacional de Ciencias Forenses (INACIF) el cuerpo de su hijo, quien deja una pareja embarazada. La familia exige una investigación independiente que determine si, como temen, hubo una ejecución extrajudicial y no un verdadero intercambio de disparos.
Las muertes a manos de la Policía en situaciones similares no son aisladas al menos 30 personas han caído este año en supuestos enfrentamientos. El ritmo ya supera al del mismo período de 2024, lo que preocupa a organizaciones de derechos humanos que reclaman rigor en los protocolos.
La propia Policía Nacional defiende que los operativos se realizan “dentro de los lineamientos del Reglamento sobre el Uso de la Fuerza”, documento que justifica el recurso letal solo cuando la vida de un agente o de un tercero está en peligro inminente. Aun así, el mayor general Ramón Antonio Guzmán Peralta instruyó en enero a los efectivos a “no saltarse ningún nivel de contención” y a priorizar la detención sin bajas, recordando que la fuerza “debe ser proporcional”.
Para el analista Wilfredo Lozano, del Observatorio de Seguridad Ciudadana, la paradoja es evidente: mientras la Policía reporta una reducción de 126 homicidios en 2024 respecto a 2023, también acumula cada vez más críticas por el número de presuntos delincuentes abatidos antes de llegar a los tribunales.
El cadáver de “El Menor de Moca” será llevado hoy mismo a Quebradonda, Moca, donde vecinos se debaten entre el temor y la indignación: unos aplauden la acción policial, otros insisten en que “no era un santo, pero merecía un juicio”. Entre tanto, la Inspectoría General prometió un informe interno “en las próximas 48 horas”. Si esa pesquisa será suficiente para disipar las sospechas o solo añadirá más leña al fuego, es una pregunta que como el eco de los disparos sigue resonando en Santiago.
