La más reciente disposición del mandatario dominicano ha despertado un optimismo cauteloso entre las familias que anhelan mejores ingresos sin sacrificar la ayuda que reciben del Estado. Más de un millón de ciudadanos confían en Supérate, un programa destinado a brindar apoyo económico a quienes buscan un empujón para salir adelante. La posibilidad de sumarse a la construcción y a la agricultura sin perder ese beneficio supone un paso firme hacia la expansión de la mano de obra local.
Tal como indica deultimominuto, esta directriz oficial busca “dominicanizar” segmentos laborales históricamente ocupados por trabajadores extranjeros en situación migratoria inestable. Algunas fuentes del Ministerio de Agricultura señalan que, solo en el último año, el sector agrícola demandó mano de obra para cientos de proyectos de siembra y cosecha de alimentos básicos. Con esta iniciativa, muchas familias que antes temían perder la asistencia social podrán aventurarse a un trabajo formal, garantizando producción en fincas y obras civiles sin el desamparo de verse excluidos del programa gubernamental.
Varios economistas y organizaciones civiles respaldan la movida gubernamental. Sostienen que la colaboración entre los beneficiarios de Supérate y el sector privado puede reforzar la competitividad nacional, siempre que se respeten condiciones laborales justas y se mantenga el seguimiento a la movilidad migratoria. Al mismo tiempo, se espera que el sector construcción, uno de los motores económicos de la isla según el Banco Central, adquiera mano de obra local comprometida y calificada para sostener proyectos de gran escala.
Algunos empresarios también celebran la noticia, aunque resaltan la importancia de agilizar los procesos de reclutamiento y la capacitación de personal. Esperan que la sinergia entre gobierno, compañías privadas y beneficiarios de Supérate mejore la calidad de vida de los dominicanos, forjando un mercado laboral más inclusivo. El país se encuentra, entonces, en una coyuntura interesante que, si se maneja con sensatez, podría convertirse en un ejemplo para el resto de la región.