Muros y estrategias Abinader impulsa la seguridad fronteriza con mayor ímpetu

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El panorama dominicano se ha sacudido una vez más con anuncios que apuntan a reforzar la soberanía nacional. Desde los pasillos del Palacio Nacional, la voz del mandatario destaca la urgencia de proteger la línea divisoria con Haití, reforzando tanto la infraestructura como la presencia de las fuerzas militares. Cualquier intento de ingreso irregular ahora tropieza con una vigilancia más estricta y una serie de medidas que buscan marcar un antes y un después en la historia migratoria del país.

Tal como reseña deultimominuto en su más reciente publicación, el presidente Luis Abinader confirmó la aceleración de la construcción del muro fronterizo, sumando 13 kilómetros adicionales a los 54 ya levantados. El gobierno no se ha quedado de brazos cruzados: se han incrementado las tropas, se creó un Observatorio Ciudadano para monitorear la política migratoria y se endurecieron las leyes que regulan los flujos de extranjeros. Algunas entidades internacionales, como la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), han venido alertando sobre la complejidad de la crisis en Haití, lo que ha forzado a los países vecinos a revisar con lupa sus planes de seguridad y control.

Este enfoque dominicano coincide con reportes del Banco Mundial, que señalan la persistente fragilidad socioeconómica del lado haitiano. Mientras tanto, en el territorio quisqueyano se aumenta el número de efectivos en la frontera a 11,000 soldados y se revalorizan sus salarios para impulsar la moral. El jefe de Estado no titubea al afirmar que la violencia que destruye a Haití no encontrará refugio en la República Dominicana, resaltando que el muro y la mayor presencia militar son una respuesta directa a las bandas criminales que pululan en suelo vecino.

En las calles dominicanas, la gente comenta con energía: el tema se ha convertido en la comidilla de cada reunión familiar y encuentro en el colmado. Algunos respaldan la estrategia al entender que la seguridad nacional no es negociable, mientras otros llaman a la cautela y al diálogo diplomático para aliviar tensiones históricas. El país no se quita ante los desafíos, y esta renovación del plan fronterizo demuestra que las autoridades prefieren tomar la iniciativa antes de que la situación cobre un rumbo incontrolable.

Notas divulgadas por el Ministerio de Defensa también confirman que, junto al muro, la vigilancia se reforzará con tecnología de punta y nuevos protocolos de patrullaje. El objetivo se mantiene firme: detener el cruce irregular y proteger el orden interno sin descuidar la humanidad que merece cada migrante. Los ojos del mundo se posan en esta franja limítrofe tan sensible, donde dos naciones comparten herencias culturales intensas y, a la vez, intereses y realidades muy diferentes.

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