La Iglesia católica celebró este jueves el instante que millones de fieles esperan con devoción a las 18:08 (hora de Roma) la fumata blanca se elevó sobre la Capilla Sixtina y confirmó que ya hay sucesor para la Cátedra de Pedro.
Tal como reseña la agencia EFE, el cardenal electo alcanzó la mayoría de dos tercios al menos 89 de los 133 votos posibles, aceptó el encargo y de inmediato fue conducido a la discreta Sala de las Lágrimas, una estancia adyacente donde comienza a vestirse con la sotana blanca que lo distinguirá ante el mundo.
El peso simbólico de un cuarto austero
La llamada Stanza delle Lacrime no siempre estuvo en el guion ceremonial. Su nombre se popularizó porque varios pontífices rompieron allí en llanto al asumir la carga espiritual y política más exigente de la Iglesia. La habitación, de apenas unos metros cuadrados, contiene tres sotanas de distinto talle, cuatro sobrepellices de encaje, muceta morada, estola púrpura bordada en oro y un juego de zapatos rojos, fajines y cruces.
La escena conecta con una larga tradición que se remonta a Pío V, el dominico que en 1566 decidió mantener su hábito blanco y marcó un quiebre con los tonos rojos usados por sus antecesores. Desde entonces, el color simboliza pureza y transparencia moral, rasgos reiterados por casi todos los pontífices modernos.
De la Capilla a la Logia de las Bendiciones
Mientras el nuevo papa reza brevemente en la vecina Capilla Paulina antes de asomarse al balcón, el cardenal protodiácono, Dominique Mamberti, ocupa el centro de la escena. Con 73 años y una vasta carrera diplomática al servicio de la Santa Sede, Mamberti es quien pronunciará el célebre “Annuntio vobis gaudium magnumHabemus Papam!”, revelando al elegido y el nombre con que gobernará la Iglesia universal.
Un cónclave bajo lupa global
El ritual ocurre mientras la población católica sigue en expansión: el Anuario Pontificio 2025 registró 1 406 millones de bautizados, un aumento del 1,15 % entre 2022 y 2023, impulsado sobre todo por África y América Latina. Esa cifra explica por qué el anuncio concita tanta atención mediática se calcula que más de 15 000 personas abarrotaron la Plaza de San Pedro sólo para observar la chimenea; en redes sociales, la etiqueta #HabemusPapam se convirtió en tendencia mundial pocos minutos después de confirmarse el humo blanco.
Mirada caribeña
En República Dominicana, donde cerca del 57 % de la población se declara católica, parroquias y casas de retiro organizaron vigilias frente a pantallas gigantes. La Conferencia del Episcopado Dominicano difundió un mensaje instando a orar “por un pontificado que refuerce la fraternidad en la isla y acompañe la crisis haitiana”, asunto geopolítico que el Vaticano ha seguido de cerca en los últimos años.
Lo que viene
Tras la bendición urbi et orbi, el nuevo pontífice se internará unos días en la Residencia Santa Marta para ultimar nombramientos clave: Secretario de Estado, prefecto del Dicasterio de Evangelización y, con especial interés de los católicos dominicanos, la posible creación de nuevos cardenales latinoamericanos en el próximo consistorio. Si se confirman los rumores sobre una agenda social intensa con viaje a Haití incluido, el arranque de este pontificado promete marcar un giro pastoral hacia las periferias.
Los ojos del mundo, como cada vez que se escucha el Habemus Papam, seguirán atentos al balcón central de la basílica. De aquel pequeño cuarto llamado Sala de las Lágrimas saldrá en breve no sólo un hombre con sotana blanca, sino la hoja de ruta espiritual de más de mil cuatrocientos millones de creyentes.