Las primeras luces del domingo 27 de abril sorprendieron a una patrulla motorizada del Ejército de la República Dominicana (ERD) recorriendo los caminos polvorientos de Las Caobas, en la provincia Santiago Rodríguez. En medio del silencio rural, los militares interceptaron a ocho ciudadanos haitianos seis mujeres y dos hombres que caminaban sin documentos válidos cerca de los pastizales que separan los conucos de la zona.
Según De Último Minuto, los detenidos fueron conducidos al puesto militar local y luego a la sede de la 4.ª Brigada de Infantería, paso previo a su entrega a la Dirección General de Migración (DGM), organismo que dirigirá el proceso de repatriación. Fuentes castrenses explicaron que el operativo forma parte del “plan ampliado de interdicción” que el Gobierno ejecuta desde octubre pasado para frenar la entrada irregular por la frontera noroeste.
Los números oficiales arrojan dimensión a la escena sólo en los primeros 15 días de 2025 la DGM deportó a 14 633 haitianos, a un ritmo que supera los 975 por jornada, producto de 101 operativos coordinados con todas las ramas militares del país. La intensidad no ha bajado: el 25 de abril la institución reportó otras 1 373 detenciones en un solo día, incluidas 664 efectuadas por el propio ERD en diferentes provincias.
“Estamos reforzando la vigilancia en parajes apartados como Las Caobas porque muchos traficantes evitan los controles formales”, explicó un oficial consultado extraoficialmente. Agricultores de la zona confirmaron que, ante la militarización de los principales cruces de Dajabón y Elías Piña, los pasos improvisados por cañadas y fincas privadas se han vuelto el escenario habitual de pequeños grupos que buscan internarse en territorio dominicano.
El endurecimiento de la política coinciden con las presiones internas por la sobrecarga de servicios sanitarios y con los llamados internacionales a respetar los derechos humanos de los retornados. No obstante, el Ejecutivo insiste en que los operativos que combinan patrullaje terrestre, drones y apoyos del CESFRONT continuarán mientras persista la crisis en Haití y se mantenga la demanda de mano de obra barata en la construcción y la agricultura local.
Para las autoridades, la jornada de Las Caobas confirma que el cerco fronterizo se está cerrando. Para muchos comunitarios, la escena se ha vuelto rutina. Mientras tanto, los ocho detenidos esperan ahora en un centro de retención de la DGM el autobús que los llevará de vuelta a Haití, en un ciclo de entradas y salidas que la frontera dominico-haitiana parece repetir sin pausa.