La canícula está azotando a Corea del Sur con una intensidad inédita al menos siete personas han perdido la vida y 1.228 han sido atendidas de urgencia por dolencias vinculadas al calor, mientras Seúl rompió su marca histórica para los primeros días de julio al rozar los 38 °C.
Según la agencia EFE, la KDCA comenzó a llevar este conteo el 15 de mayo y, en apenas siete semanas, las cifras duplican las registradas en igual periodo de 2024. Solo el martes 8 acudieron 238 pacientes a salas de emergencia después de que la capital alcanzara 37,7 °C, superando un récord que había permanecido intacto durante 86 años.
Los expertos advierten que la ola de calor no da tregua. La KMA prevé que los termómetros seguirán en valores extremos con picos por encima de 40 °C en algunos valles del interior hasta la llegada de un frente lluvioso alrededor del 16 de julio.
El perfil de las víctimas revela otro problema: casi dos de cada tres fallecidos eran mayores de 60 años y muchos trabajaban al aire libre o vivían solos, lo que agrava el riesgo de deshidratación y golpe de calor.
Ante el repunte de casos, el Ayuntamiento de Seúl elevó al máximo la alerta por altas temperaturas y convocó un comité de emergencia para ampliar los centros de refrigerio, inspeccionar obras y reforzar los avisos a población vulnerable.
La situación en la península encaja con la advertencia lanzada por la Organización Meteorológica Mundial (OMM): existe un 70 % de probabilidad de que el promedio de temperatura global entre 2025-2029 supere los 1,5 °C respecto a la era preindustrial, lo que incrementará la frecuencia e intensidad de estos fenómenos extremos.
Mientras tanto, las autoridades surcoreanas recomiendan limitar las actividades físicas al aire libre entre las 11 a.m. y las 5 p.m., hidratarse de manera constante y prestar especial atención a niños y adultos mayores, grupos especialmente sensibles al estrés térmico. Las empresas que incumplan las pausas obligatorias para sus trabajadores podrían enfrentar sanciones severas si se confirman casos de golpe de calor en sus plantillas.
El episodio actual, que ya supera en severidad a los de 2018 y 2024, refuerza la urgencia de contar con planes de adaptación más robustos. De persistir la tendencia, los 37,7 °C de Seúl podrían convertirse pronto en una cifra habitual de julio, y no en una excepción estadística.
