En plena escalada bélica el mismo día en que Kiev denunció el mayor bombardeo de drones y misiles desde 2022 el papa León XIV volvió a poner la mesa del Vaticano a disposición de Moscú y Kiev como terreno neutral para negociar el fin de la guerra.
Según la agencia EFE, el pontífice recibió al presidente ucraniano Volodímir Zelenski durante unos 30 minutos en la residencia de Castel Gandolfo, reafirmando su “dolor por las víctimas” y su voluntad de acoger conversaciones que lleven a “una paz justa y duradera”.
La oficina de prensa de la Santa Sede detalló que León XIV animó, además, a la liberación de prisioneros y al retorno de los niños ucranianos trasladados a la fuerza a Rusia, un asunto que Zelenski colocó entre sus prioridades durante la cita. El encuentro incluyó un gesto simbólico ambos se asomaron al balcón del Palacio Barberini para saludar a curiosos y fotógrafos, subrayando la dimensión pública y diplomática del mensaje.
El “no” de Moscú
La oferta vaticana, sin embargo, topa con la misma piedra de siempre. El Kremlin ya había tachado de “poco apropiado” negociar bajo la cúpula católica y, hasta ahora, mantiene su negativa a sentarse en Roma pese a la nueva invitación, según recordó Euromaidan Press.
Un ataque sin precedentes como telón de fondo
Mientras tanto, Ucrania amaneció con sirenas 741 aparatos aéreos de ataque 728 drones y 13 misiles balísticos impactaron o fueron interceptados en la última andanada rusa, el registro más alto desde que comenzó la invasión, de acuerdo con el parte divulgado por Zelenski. El presidente insiste en que la masividad del golpe confirma la urgencia de reforzar las defensas antiaéreas y de acelerar las gestiones diplomáticas.
Roma, capital de la reconstrucción
Zelenski no viajó solo para la foto. Mañana inaugurará junto a la premier italiana Giorgia Meloni la IV Conferencia Internacional sobre la Reconstrucción de Ucrania, donde gobiernos y empresas discutirán cómo financiar un plan cuyos costos ya rondan los €500 000 millones, según cálculos del Banco Mundial. El mandatario aprovechará la agenda para sumar apoyos y, de paso, presionar por más sistemas Patriot una demanda que Italia y EE. UU. estudian cubrir.
¿Hay margen para la diplomacia?
Que el Vaticano insista no es casualidad su historial de mediación (desde la Guerra Fría hasta Colombia y Sudán del Sur) le da una ventaja moral difícil de igualar. Sin embargo, diplomáticos europeos reconocen que cualquier cónclave sin la bendición de Moscú queda, por ahora, en el aire. Aun así, observadores apuntan que el gesto mantiene viva la vía del diálogo y, al menos, refuerza la presión internacional para explorar salidas políticas antes de que el frente se estanque aún más.
Claves que deja la jornada
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Escalada y diálogo: la mayor ofensiva aérea rusa contrasta con la apuesta del Papa por reabrir conversaciones.
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Niños deportados: Zelenski insiste en que su regreso es condición ética para cualquier pacto.
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Reconstrucción acelerada: Roma buscará coordinar fondos y reformas estructurales, sabiendo que la posguerra exige la misma urgencia que la defensa.
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Puente diplomático: aunque Moscú cierre la puerta hoy, el Vaticano se coloca como anfitrión natural si mañana cambia el viento.
Con la guerra entrando en su cuarto año, la balanza oscila entre los misiles de la madrugada y las campanas de San Pedro. Y, aunque la paz no se firma con buenos deseos, el empecinamiento vaticano incorpora un actor que, al menos, nadie puede acusar de guardar intereses geopolíticos propios.
