Pedro Sánchez promete mano dura anticorrupción y reta a PP y Vox

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El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, se plantó este lunes con tono desafiante y anunció que va a «apretar tuercas» para erradicar cualquier vestigio de corrupción dentro y fuera de su partido.

Según la agencia EFE, Sánchez compareció en la sede del PSOE tras la dimisión de Santos Cerdán exsecretario de Organización y dejó claro que la “posible corrupción de unos pocos” se dirimirá en los tribunales, mientras el partido pasará por una auditoría externa y una renovación de su cúpula el 5 de julio.

Una “limpieza radical” que llega bajo presión interna

Las bases socialistas y varios barones territoriales venían exigiendo una purga a fondo desde que la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil implicó a Cerdán y a José Luis Ábalos en presuntas mordidas por contratos públicos. Algunos dirigentes hablan de “recuperar credibilidad a la mala” y piden que la nueva Secretaría de Organización recaiga en una figura sin vínculos con el aparato tradicional.

El caso Ábalos, el fantasma que no se va

La sombra de Ábalos persigue al Ejecutivo desde que el Tribunal Supremo asumió la investigación en noviembre de 2024. El empresario Víctor de Aldama ratificó ante el alto tribunal que el exministro y su asistente Koldo García cobraron comisiones ilegales por adjudicaciones de obra pública, extremo que Ábalos niega pero que mantiene viva la sospecha.

Reto a la oposición “Si quieren, presenten la moción”

Sánchez descartó someterse a una cuestión de confianza y devolvió la pelota al Partido Popular y a Vox “Háganme la moción de censura y voten, en vez de pedir elecciones desde un micrófono”. Desde Génova 13, el portavoz popular Borja Sémper replicó que no le regalarán “un salvavidas parlamentario”, mientras Santiago Abascal (Vox) ofreció sus 52 escaños para tumbar al Gobierno y convocar urnas inmediatas.

¿Cómo se mueve el termómetro electoral?

El barómetro de mayo del CIS el último antes de esta crisis daba al PSOE un 32 % de intención de voto frente al 29,3 % del PP, con Vox creciendo hasta el 15 %. Habrá que ver si el golpe reputacional en Ferraz estrecha esas cifras o, por el contrario, la reacción de Sánchez refuerza la narrativa de “tolerancia cero” con los corruptos.

El PP, con su propio pasado

La credibilidad de los populares para exigir pulcritud tampoco es inmaculada el partido fue condenado en firme por el Supremo por lucrarse con la trama Gürtel, detonante de la moción de censura que aupó a Sánchez a La Moncloa en 2018. Ese precedente explica por qué el presidente insiste en que “nadie puede dar lecciones” mientras él impulsa auditorías y comisiones de investigación.

En el plano inmediato, Sánchez se reunirá con Yolanda Díaz y el resto de socios que sostienen la coalición para blindar apoyos. Al mismo tiempo, Ferraz deberá revelar la auditoría externa y enfrentar una comisión parlamentaria que, si prospera, expondrá en abierto la trama de comisiones.

En otras palabras el líder socialista se juega algo más que la estabilidad de su mandato; se juega el relato de quién es capaz de limpiarse primero las manchas. Y en la España de 2025, con el electorado cansado de escándalos y un 64 % que valora la honradez como la primera cualidad de un dirigente, cualquier paso en falso se paga en votos. Por eso Sánchez apostó todo su capital político a la “contundencia” y a que la oposición dude antes de pulsar el botón de la censura.

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