El costo de llenar la canasta básica volvió a moverse en marzo, con luces y sombras para las familias dominicanas. Mientras el ajo y el plátano verde se abarataron ligeramente en los supermercados, otros rubros de alto consumo sobre todo la papa y el arroz empujaron hacia arriba el índice de precios agrícolas y mantuvieron viva la presión sobre los bolsillos más ajustados.
Según el Ministerio de Economía, Planificación y Desarrollo (MEPyD), el índice de precios agropecuarios cerró el mes en 129.9 puntos, 0.8 % más que en febrero. El alza se explica, principalmente, por la papa granola, que agregó 0.18 puntos porcentuales (p.p.) al indicador, y por el propio plátano verde, cuyo precio repuntó 0.18 p.p. tras semanas de estabilidad.
En contraste, el ajo siguió cediendo: en los pasillos de los supermercados se vendió RD$ 7.40 más barato por libra que en mercados minoristas tradicionales. Esa brecha beneficia a los hogares que compran en grandes cadenas, pero no alcanza para compensar el encarecimiento de la chuleta ahumada (RD$ 15.80 más cara) ni del arroz superior, dos básicos que siguen subiendo más deprisa de lo que marcan los salarios.
La fotografía encaja con los datos del Banco Central, que situó la inflación general interanual en 3.58 % y la subyacente en 4.24 % a marzo de 2025, dentro del rango meta pero con una tendencia que “ha retomado trayectoria ascendente” desde febrero. En el capítulo de alimentos y bebidas no alcohólicas, la variación intermensual fue de 0.09 %, pero la interanual ya roza el 5.5 %, una señal de que el plato del dominicano sigue encareciéndose por encima del promedio nacional.
Factores que aprietan el mercado
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Oferta agrícola tensionada. Productores de papa y habichuela apuntan a mayores costos de fertilizantes y combustible, así como a lluvias irregulares que redujeron rendimientos en el Cibao central.
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Demanda interna sostenida. El consumo de proteína animal sobre todo pollo y huevo se mantiene firme, lo que explica el leve repunte del índice pecuario (0.1 % mensual), aun con precios relativamente estables en el maíz importado.
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Estrategias de comercialización. Grandes cadenas trasladaron rebajas promocionales al ajo y al plátano para atraer tráfico, mientras colmados y mercados de barrio, con menos músculo logístico, retuvieron márgenes más altos.
¿Qué puede venir?
El Gobierno apuesta a descongestionar la oferta con nuevas ventanas de exportación e inversiones en riego. Un ejemplo es el arranque catalogado como “día histórico” por las autoridades– de los envíos de uva de mesa dominicana a Estados Unidos, con hasta 36 contenedores previstos solo este año. Si el plan avanza, parte del excedente frutícola que hoy presiona precios internos podría redirigirse a mercados internacionales y aliviar la sobreoferta local en picos de cosecha.
Al mismo tiempo, el Banco Central mantiene la política monetaria sin cambios, confiado en que la inflación seguirá dentro del rango de 3 %-5 %. Sin embargo, analistas advierten que la volatilidad del petróleo y un eventual repunte del tipo de cambio podrían obligar a revisar esa postura a mitad de año.
En pocas palabras: el ají de la compra diaria seguirá dependiendo de cuán rápido fluyan las cosechas y de la capacidad oficial para equilibrar oferta y demanda sin castigar al productor. Por ahora, el consejo de los economistas es claro comparar precios, aprovechar ofertas de temporada y, cuando sea posible, sustituir productos más caros por equivalentes más accesibles. Esa disciplina, sumada a una vigilancia estrecha de la cadena agroalimentaria, será clave para que la mesa dominicana no se encarezca más de la cuenta en el resto de 2025.
