El más reciente “Informe de situación macroeconómica Datos desagregados por sexo marzo 2025” ofrece un retrato alentador, aunque todavía desigual, del papel económico que desempeñan las dominicanas. El documento muestra que la tasa de participación laboral femenina alcanzó 53.3 % en 2024, casi tres puntos por encima de 2022, mientras la masculina ronda 70 %.
Según el Ministerio de Economía, Planificación y Desarrollo (MEPyD), este salto constituye “un paso de avance agigantado” y confirma la utilidad de publicar estadísticas segmentadas por sexo para diseñar políticas públicas que cierren las brechas de género.
Entre el Caribe y el resto de la región
A nivel latinoamericano, la OIT reporta que la participación femenina promedio fue de 52.1 % frente a 74.3 % de los hombres en 2024, lo que sitúa a la República Dominicana ligeramente por encima del promedio regional, pero todavía lejos de la paridad.
La fotografía regional se repite de forma casi calcada en el país más de la mitad de las mujeres trabaja o busca empleo, pero las cifras revelan techos de cristal en puestos directivos y una fuerte concentración en ocupaciones informales desde salones de belleza hasta la venta de alimentos en la calle donde los ingresos son menores y la protección social escasa.
El espejo global
El Índice Global de Brecha de Género 2024 del Foro Económico Mundial coloca a la República Dominicana en el puesto 82 de 146 países, con una puntuación de 0.706 (0 = desigualdad total, 1 = paridad).
Ese mismo informe advierte que, al ritmo actual, el planeta tardará 134 años en lograr plena igualdad entre hombres y mujeres. Esta proyección refuerza la urgencia de acelerar las reformas locales.
Educación alta, liderazgo bajo
El informe del MEPyD subraya que las mujeres ocupadas exhiben mayor nivel educativo que los hombres una ventaja que, sin embargo, no se traduce en presencia proporcional en los consejos de administración ni en los comités ejecutivos de las grandes empresas. Las periodistas María del Carmen Guillén, Virnalisy García y Xiomara González coincidieron en un episodio especial del pódcast He Dicho en que la falta de redes de cuidado infantil, horarios laborales rígidos y sesgos persistentes limitan el salto de las profesionales al liderazgo corporativo.
¿Qué falta por hacer?
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Formalizar el empleo femenino: la mitad de las dominicanas trabaja en la informalidad; integrar ese talento al sistema contributivo fortalecería pensiones y recaudación.
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Abaratar y ampliar el cuidado infantil: la OIT calcula que las responsabilidades de cuidado son la principal razón de inactividad femenina en la región.
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Impulsar STEM y oficios técnicos: la brecha salarial se reduce cuando las mujeres acceden a sectores de alto valor añadido.
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Paridad en licitaciones y compras públicas: reservar un porcentaje de contratos para empresas lideradas por mujeres sería un estímulo directo.
Mirada al futuro
El MEPyD ya prepara la cuarta edición del informe con datos del segundo semestre de 2025. De mantenerse la tendencia, la participación femenina podría rozar el 55 %. Sin embargo, si el país pretende escalar posiciones en el ranking global y cerrar la brecha salarial estimada en torno al 20 %, necesita políticas que ataquen la informalidad, ofrezcan cuidado accesible y premien el liderazgo femenino.
En buen dominicano, el vaso se está llenando, pero no se llena solo. La evidencia estadística está sobre la mesa; toca ahora convertirla en acciones concretas para que la mitad de la población coseche la otra mitad de las oportunidades.
