Retraso de vuelo Cóndor en Puerto Plata por falta de perro K9

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Puerto Plata, RD.– Un vuelo de la aerolínea alemana Cóndor vivió un aprieto inusual el pasado domingo tres horas clavadas de atraso porque, simple y llanamente, no apareció a tiempo el perro K9 que certifica la seguridad de la aeronave antes de despegar hacia Santo Domingo y, luego, Frankfurt.

Los 200 pasajeros del vuelo estaban listos para abordar a las 6:00 p. m., pero las autoridades les pidieron “aguantar ahí mismo” en la pasarela sin moverse ni para ir al baño, mientras la Dirección Nacional de Control de Drogas (DNCD) localizaba un can entrenado para olfatear explosivos y sustancias ilícitas.

Samuel Marte, dominicano que regresaba de vacaciones por Europa, contó que la fila “se puso tensa” cuando la tardanza pasó de la hora y nadie ofrecía explicaciones formales. Para las 9:00 p. m., entre quejas y llamadas a familiares, llegó finalmente el binomio canino, se inspeccionó la aeronave en diez minutos y el Boeing 767 despegó hacia el AILA antes de cruzar el Atlántico.

La DNCD dispone, de acuerdo con datos públicos del organismo, de catorce binomios caninos permanentes en los aeropuertos del país; sin embargo, fuentes consultadas admiten que durante los picos de tráfico semanas santas, vacaciones de verano y domingos por la tarde suele haber “carrusel” de perros entre terminales, lo que ocasiona huecos imprevistos como el del domingo en Puerto Plata.

La normativa de la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI) obliga a revisar con perros todo vuelo comercial que cambie de ruta o destino final, práctica reforzada tras los incidentes de 2016 en Sharm el-Sheij y 2020 en Bruselas. Aeropuertos vecinos, como el Luis Muñoz Marín de San Juan, operan con el doble de unidades caninas por turno, precisamente para evitar cuellos de botella.

Para Cóndor línea fundada en Fráncfort en 1955 y con tres rutas regulares a la República Dominicana el percance llega en plena temporada alta de viajeros europeos atraídos por la costa norte. Aunque la compañía no ofreció declaraciones, el historial de FlightAware muestra una puntualidad media del 73 % en sus operaciones transatlánticas este año, por debajo del 81 % que registraba en 2024.

Más allá del disgusto momentáneo, expertos en logística consultados señalan que un retraso de tres horas en un vuelo largo dispara costes: se reprograman tripulaciones, se pierde la franja horaria (“slot”) en Frankfurt y se pagan compensaciones de hasta 600 euros al pasajero, según el Reglamento 261/2004 de la Unión Europea.

La situación, además, reaviva el debate local sobre la necesidad de un equipo K9 fijo en cada terminal internacional dominicana. El Ministerio de Turismo estima que para 2030 el país recibirá 14 millones de turistas al año, casi el doble de la cifra actual. Con ese flujo, advierte el consultor aeroportuario Carlos Cid, “no se puede improvisar: cada puerta necesita su perro y su manejador de guardia”.

Mientras tanto, los viajeros del vuelo DE2207 ya aterrizaron en Alemania; y aunque el retraso quedó atrás, la anécdota confirma que, en aviación, a veces un solo labrador decide si despegamos o si la noche se hace eterna en la fila de abordaje.

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