El golpe de autoridad que acaban de dar los Houston Rockets en la cancha deja a la fanaticada con mucho de qué hablar. Este conjunto va tomando un paso firme que pone a los demás equipos en alerta, mientras Phoenix se replantea su estrategia luego de otra noche complicada. Más allá del abultado marcador, hay lecciones que ambos quintetos parecen necesitar con urgencia para la recta final de la temporada.
Tal como reporta deultimominuto, el triunfo de los Rockets fue holgado, y Kevin Durant salió del juego tras presentar molestias en el tobillo. En medio de la euforia de Houston, la escuadra de Arizona quedó en una situación comprometida para la clasificación. De acuerdo con las estadísticas oficiales de la NBA, la ofensiva de los Rockets ha superado la barrera de los 110 puntos en 12 de sus últimos 13 enfrentamientos, lo que respalda su posición privilegiada en la Conferencia Oeste. Analistas de ESPN también señalan que la productividad ofensiva de Houston se ubica en el Top 3 de la liga durante las últimas semanas, impulsada por jóvenes figuras que siguen demostrando su potencial.
Se dice fácil, pero la energía que despliega la tropa encabezada por Jalen Green está dejando perplejos a quienes dudaban de la profundidad del equipo. El novato Amen Thompson, además, ya capta atención por su capacidad de control en la cancha, rozando los triples-dobles en varias presentaciones recientes. Por otro lado, la salida de Durant le pasó factura a los Suns en términos anímicos, pues su presencia suele inclinar la balanza en momentos complicados. Aunque Devin Booker intentó mantener a flote la ofensiva, no fue suficiente para contrarrestar el arsenal que presentó Houston.
Cifras publicadas por CBS Sports indican que Phoenix ha descendido un puesto adicional en la lucha por el play-in, un golpe fuerte cuando los partidos restantes se cuentan con los dedos de una mano. El choque entre Dillon Brooks y Durant, que terminó con la expulsión del alero de los Rockets, añadió un matiz de tensión que podría repercutir en futuros duelos. En la NBA suelen tomarse con seriedad estos roces, y se espera que los oficiales revisen el material disponible para emitir cualquier sanción adicional.
Lo que venga en los próximos días será decisivo para las aspiraciones de ambos conjuntos. Los Rockets buscan mantener su inercia positiva y reafirmar su condición de favoritos para avanzar. Mientras tanto, Phoenix tendrá que encontrar la fórmula para sobrevivir en un Oeste cada vez más competitivo, donde cada partido vale su peso en oro. Sin Durant al cien por ciento, la responsabilidad recae en un cuerpo técnico y un plantel que necesitan acoplarse en tiempo récord.
El panorama sigue abierto en la Conferencia, pero la lesión de Durant —junto con el ímpetu de los Rockets— pone de manifiesto lo impredecible que puede resultar esta recta final. Las sorpresas no cesan, y la próxima jornada podría cambiar de nuevo el mapa. Es probable que en los pasillos del Footprint Center de Phoenix haya mucha autocrítica, mientras Houston se da un lujo de confianza que, a juzgar por su historial reciente, parece estar completamente justificado.