Madrid. En una escena de corte histórico, el escritor y político Tony Raful Tejada presentó este miércoles sus cartas credenciales a Su Majestad el rey Felipe VI en el Palacio Real de Madrid, formalizando así su misión como nuevo embajador de la República Dominicana ante el Reino de España.
Según la agencia EFE, Raful llegó al recinto en una carroza tirada por caballos ritual que data del siglo XVIII, devolviendo a la capital española una estampa que no se veía desde septiembre de 2022. La ceremonia, interrumpida durante la pandemia y por el entrenamiento de los corceles de la Casa Real, volvió a la calle con brigadas de la Guardia Real escoltando a los diplomáticos por el corazón de Madrid.
Más allá del simbolismo, la designación de Raful supone un movimiento estratégico para Santo Domingo. Se trata de un intelectual con sólida trayectoria pública exsenador, exministro y premio Nacional de Literatura 2014. Su llegada a Madrid coincide con un momento dulce de las relaciones bilaterales España es el segundo mayor inversor en suelo dominicano y alberga a más de 160 000 criollos, según datos del INE al cierre de 2024. Raful y Felipe VI conversaron sobre comercio, turismo sostenible y los flujos culturales que, en los últimos años, han multiplicado los intercambios universitarios entre ambas naciones.
La jornada también vio desfilar en carruaje a los nuevos embajadores de Portugal, Georgia, Bangladés, Omán y Kuwait. Aunque el protocolo los agrupa en una sola audiencia, el despliegue de pompa y circunstancia sirvió para subrayar la diversidad de los vínculos que España teje con América, Europa y Asia.
El retorno de los carruajes representa algo más que un guiño al pasado. Expertos en etiqueta diplomática señalan que el formato favorece la visibilidad mediática y, por ende, amplifica el mensaje político de cada nación representada. Para el Gobierno dominicano, esa visibilidad llega cuando el país encabeza los rankings de crecimiento en el Caribe y refuerza su imagen como destino confiable para la inversión extranjera.
Raful, fiel a su estilo, dejó ver su veta literaria al decir que “la relación entre España y la República Dominicana no es solo histórica, es sentimental”. De cara a los próximos meses, sus retos incluyen impulsar un acuerdo bilateral que evite la doble tributación, ampliar los programas de becas en universidades españolas y promocionar la Ruta Fray Antonio de Montesinos como oferta cultural conjunta.
Con la carroza ya de vuelta en los establos de Patrimonio Nacional, el veterano diplomático inicia una etapa que requerirá tanto la pluma del poeta como la sagacidad del político. El horizonte inmediato la Cumbre Iberoamericana 2026, prevista en Santo Domingo le ofrece la ocasión perfecta para convertir la cordialidad de palacio en resultados concretos para ambas orillas del Atlántico.
