Santiago vive días de desconsuelo tras la detención de un individuo señalado por quitarle la vida a una joven de 22 años. El suceso ha sacudido a toda la comunidad y alienta a muchos a exigir acciones más contundentes para frenar la violencia. Distintas organizaciones en defensa de la mujer claman que se refuercen las medidas de protección y los protocolos de denuncia, en busca de cortar una peligrosa cadena de agresiones.
Tal como detalla Inocencio Encarnación en deultimominuto, el apresado responde al nombre de Ángel Noel Almonte Gómez, también conocido como “El Operao”. Al sujeto se le atribuye la muerte de su expareja, Brandy Yuleidy Clase, en un entorno de desconcierto que ha conmocionado a familiares y vecinos. Según reportes oficiales, la víctima se hallaba en compañía de allegados cuando, de manera abrupta, el acusado irrumpió y disparó en varias ocasiones. Aun cuando intentaron salvarle la vida en un centro de salud, el desenlace fue fatal.
Fuentes del Observatorio de Seguridad Ciudadana del Ministerio de Interior y Policía señalan que los casos de feminicidios en la República Dominicana, lamentablemente, siguen en aumento. En 2022, la Procuraduría General de la República registró más de 70 incidentes de este tipo, situando al país en un punto crítico que exige respuestas inmediatas. Especialistas en el tema urgen a robustecer la coordinación entre autoridades y comunidades para identificar señales de alerta y proteger a las potenciales víctimas.
El historial delictivo de “El Operao” no era desconocido: figuraba con dos antecedentes por robo, lo cual, conforme a testimonios de vecinos, generaba constantes inquietudes en su entorno. La Policía Nacional logró su captura poco después de los hechos, incautándole el arma que, presuntamente, se utilizó en este trágico episodio. De acuerdo con informes preliminares, el detenido será procesado ante el Ministerio Público para establecer responsabilidades penales y eventuales sanciones.
Varios colectivos sociales han alzado la voz, subrayando la urgencia de redoblar la educación y prevención en violencia de género desde temprana edad. En un país con marcada tradición familiar, se espera que el esfuerzo combinado de autoridades, líderes comunitarios y la sociedad civil contribuya a reducir el riesgo de nuevos desenlaces funestos. Voces dominicanas, unidas por el dolor y la esperanza, insisten en que no basta con capturar a los agresores: urge el cambio profundo que salvaguarde la vida y la dignidad de las mujeres.