Trump amenaza a Apple con arancel del 25 % si no fabrica en EE. UU.

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El presidente estadounidense, Donald Trump, volvió a apretar las tuercas de su cruzada proteccionista y advirtió que cualquier iPhone vendido en el país tendrá un recargo arancelario del 25 % si Apple no traslada la producción a territorio norteamericano. El mensaje, divulgado este viernes a primera hora en su plataforma Truth Social, provocó de inmediato un tropiezo bursátil de la tecnológica, cuya acción se desplomó cerca de 4 % en las operaciones previas a la apertura de Wall Street.

Según la agencia EFE, Trump recordó públicamente una conversación con Tim Cook, director ejecutivo de Apple, en la que dejó claro que quiere ver las líneas de ensamblaje de iPhone dentro de las fronteras de EE. UU. El mandatario insistió en que, de no cumplirse esa exigencia, activará el arancel “sin contemplaciones”.

El golpe de efecto llega apenas tres meses después de que Apple anunciara una inversión récord de 500 000 millones de dólares para fortalecer su presencia industrial en suelo estadounidense, incluidos un megacentro de servidores de inteligencia artificial en Texas y 20 000 nuevos empleos de investigación y desarrollo. La compañía había presentado aquel compromiso como gesto de buena voluntad para aplacar al presidente, quien desde su vuelta a la Casa Blanca en enero endureció la retórica contra las cadenas de suministro asiáticas.

¿Amenaza real o bluff político?
Los analistas de mercado advierten que trasladar el ensamblaje de iPhone al Medio Oeste no es tan sencillo como mover fichas en un tablero. Bloomberg Intelligence calcula que repatriar solo 10 % de la producción costaría unos 30 000 millones de dólares y requeriría al menos tres años para poner a punto la logística y la plantilla especializada. Un planteamiento total elevaría el precio del dispositivo hasta los 3 500 dólares, triplicando el valor actual y arriesgando la cuota de mercado de Apple frente a Samsung o fabricantes chinos que ya producen en México y Vietnam.

En lo inmediato, la amenaza de Trump añade presión a una acción que ya venía tambaleándose por la ralentización de la demanda global de smartphones y la competencia feroz en inteligencia artificial. El índice de volatilidad VIX subió 18 % tras el tuit, y los analistas de Barclays advierten que el riesgo regulatorio podría restar medio punto al crecimiento de Apple este trimestre.

La batalla arancelaria se amplía a Europa
El inquilino de la Casa Blanca no se quedó ahí. En el mismo hilo de Truth Social, adelantó que aplicará un arancel del 50 % a todos los productos procedentes de la Unión Europea a partir del 1 de junio si Bruselas no muestra avances “tangibles” en las negociaciones comerciales. El aviso coincide con un tímido deshielo entre Washington y Pekín, que esta semana acordaron reducir algunos gravámenes impuestos desde 2018.

India, la gran ganadora por ahora
Mientras Trump sube la temperatura, Apple continúa diversificando su manufactura en Asia. La empresa ya ensambla un 14 % de los iPhones en plantas de Foxconn y Wistron al sur de la India y planea que la mayoría de los teléfonos destinados al mercado estadounidense salgan de allí en 2026. Para Nueva Delhi, la jugada refuerza su estrategia de situarse como “la nueva fábrica del mundo”, atrayendo inversiones que antes iban a China.

No obstante, la advertencia de la Casa Blanca podría obligar a Apple a revaluar el cronograma. Expertos en comercio internacional recuerdan que la compañía ya lidió con un arancel del 15 % durante la primera Administración Trump, pero lo absorbió sin trasladar el grueso de la producción. Esta vez, el castigo fiscal sería más severo y llegaría en un contexto donde los márgenes ya están bajo presión por la transición a chips de 3 nanómetros y el encarecimiento de los insumos de IA.

¿Qué sigue?
El Departamento de Comercio tiene dos caminos abrir un período de comentarios públicos algo que alargaría la definición varios meses o emitir una orden ejecutiva inmediata, lo que encarecería los iPhone en plena temporada de regreso a clases. Por ahora, Apple guarda silencio oficial, quizá esperando que la tormenta mediática amaine o que el Congreso, donde algunos republicanos temen represalias sobre agricultores y fabricantes de maquinaria, contenga el impulso arancelario.

En cualquier escenario, el pulso entre la empresa más valiosa del mundo y el presidente que se autodefine “tariff man” promete marcar la agenda económica de verano. Y aunque la mayoría de los dominicanos no compra su teléfono directamente en EE. UU., un impuesto de 25 % podría trasladarse a los precios locales por la vía de los distribuidores, encareciendo aún más un dispositivo que aquí ya ronda los 1 500 dólares.

Así, mientras en Washington se libra esta partida de ajedrez comercial, los consumidores desde Santo Domingo hasta San Francisco vuelven a quedar en medio, pendientes de un simple pero crucial detalle dónde se ensambla el próximo iPhone.

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