El expresidente estadounidense Donald Trump volvió a prender el debate geopolítico al tachar a Vladímir Putin de “absolutamente loco” y advertir que su afán de controlar toda Ucrania “conducirá a la caída de Rusia”. Las declaraciones, publicadas la madrugada del lunes en su red social Truth Social, sacudieron el tablero diplomático en Washington y Moscú.
Según Europa Press, Trump quien suele jactarse de haber tenido una relación pragmática con el Kremlin aseguró que algo “se rompió” en Putin “Se están disparando misiles y drones contra ciudades ucranianas sin motivo alguno”, escribió. Acto seguido, disparó contra el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, a quien acusó de “crear problemas” cada vez que abre la boca. Sin medias tintas, Trump remató: “Esta es la guerra de Zelenski, Putin y Biden, no la mía”.
Su arenga llega justo después de la mayor andanada aérea rusa desde que empezó la invasión 367 misiles y drones lanzados el 24 de mayo dejaron al menos 12 muertos y más de 60 heridos en varias ciudades, entre ellas Kiev y Zhytomyr. La Oficina de Derechos Humanos de la ONU contabiliza más de 78 víctimas civiles adicionales en ataques posteriores y advierte que abril ya fue el mes más letal desde septiembre, con 209 fallecidos y 1 146 heridos.
Trump insiste en que la guerra jamás habría estallado bajo su mandato, un argumento que mezcla campaña electoral y nostalgia por la “diplomacia dura” que exhibió en 2018, cuando amenazó con retirarse de la OTAN si los aliados no subían el gasto militar. El republicano también busca capitalizar el creciente escepticismo dentro de su partido sobre el costo de seguir armando a Kiev.
Para el Instituto para el Estudio de la Guerra (ISW), las bravatas de Putin revelan una narrativa ultranacionalista que consolida el autoritarismo interno y presenta a Rusia como baluarte contra “Occidente decadente”. Esa lógica, advierten los analistas, dificulta cualquier desescalada real, incluso si Washington cambiara de postura tras las elecciones de 2026.
Zelenski, por su parte, respondió que “el silencio de América solo envalentona a Putin”. El mandatario ucraniano lleva semanas presionando a la Casa Blanca para que libere nuevos paquetes de defensa antiaérea Patriot y reanude las negociaciones de paz bajo supervisión de la ONU. Mientras tanto, el frente oriental sigue ardiendo: un intercambio de 390 prisioneros por bando el 23 de mayo apenas suavizó la tensión en los combates de Járkov y Donetsk.
En este tablero volátil, la diatriba de Trump añade combustible a la pugna narrativa. Al acusar a Biden de “incompetencia” que “enciende fuegos”, busca deslindarse de un conflicto que, paradójicamente, podría definir la seguridad europea durante la próxima década. Analistas en Bruselas señalan que, si el magnate vuelve a la Casa Blanca, la Unión Europea tendría que redoblar su gasto militar o resignarse a un congelamiento del apoyo estadounidense.
Por ahora, la realidad en Ucrania sigue marcada por sirenas antiaéreas, refugiados internos y una economía contrayéndose un 29 % desde 2022. Ni los misiles hipersónicos rusos ni los misiles ATACMS prometidos a Kiev ofrecen un atajo claro hacia la paz. Como dice un diplomático de la OSCE en Viena “La guerra hoy se libra tanto en el campo de batalla como en las redes sociales de los expresidentes”. El comentario resume la paradoja las palabras de Trump no detienen los misiles, pero sí reconfiguran alianzas y temores en medio de un conflicto que, a casi tres años de iniciado, no muestra señales de tregua duradera.