La popular aplicación de videos breves, TikTok, vuelve a respirar aliviada luego de un nuevo aplazamiento para su posible prohibición en Estados Unidos. El mandatario Donald Trump, quien retomó el control de las negociaciones, busca asegurar que la plataforma no se desvanezca del mercado estadounidense, donde se calcula que unos 170 millones de usuarios la disfrutan con frecuencia diaria. Aquí en nuestro país, varios jóvenes se han enganchado a esta red social, generando cientos de creaciones diarias con música y humor del patio.
Como informó recientemente AFP, Trump decidió otorgar una prórroga adicional de 75 días para pulir un acuerdo que satisfaga a la Casa Blanca y tranquilice a los sectores preocupados por la seguridad nacional. Analistas del Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT, por sus siglas en inglés) señalan que los retrasos podrían obedecer a la compleja coordinación jurídica entre autoridades estadounidenses y la compañía ByteDance, matriz de la aplicación. En plena puja comercial, China también ha mostrado reservas ante la posibilidad de vender activos de TikTok a inversores norteamericanos.
Voces cercanas a la negociación indican que Trump pretende un entendimiento que evite imponer restricciones drásticas, mientras un sector del Congreso mantiene su postura firme sobre eventuales riesgos en la protección de datos. En la República Dominicana, aunque este tira y jala parece lejano, muchos creadores de contenido sostienen que la plataforma brinda oportunidades económicas y promueve el talento local ante millones de espectadores. Para añadir más contexto, la agencia NetBlocks calcula que cada hora de bloqueo de una red social con tanto alcance puede traducirse en pérdidas millonarias, ya sea por publicidad o por negocios que usan TikTok como vitrina.
Falta ver cómo se resuelve el panorama en las próximas semanas. De acuerdo con especialistas en derecho internacional, las conversaciones se mantendrán candentes mientras Estados Unidos y China discuten puntos clave como propiedad intelectual y controles de datos. Nadie anhela un cierre definitivo de una herramienta tan popular, pero la decisión final depende de que ambas partes amarren un convenio transparente y, sobre todo, estable.